¿Cómo protege un arrecife artificial a las islas de los huracanes?

Un artículo publicado en EuroNews asegura que los océanos más cálidos sirven como combustible para los huracanes, en el Atlántico hay más probabilidades de que se intensifiquen con mayo rapidez. En este caso, Estados Unidos busca ser resiliente ante las tormentas provocadas por el clima y por esa razón, construirá un arrecife artificial.

La estructura tendrá 5 metros por 4 metros y se instalará cerca de la costa alrededor de St Thomas, se espera que se termine en julio, de acuerdo con el departamento de planificación y recursos naturales de las islas. El proyecto estará financiado con más de 760 mil dólares del dinero federal concedidos a la Universidad de las Islas Vírgenes, después de que los huracanes Irma y María, que azotaron en 2017.

“Los funcionarios de la universidad están eligiendo los especímenes más fuertes entre más de una docena de tipo de coral en viveros para unirlos al arrefice artificial. Los funcionarios están trabajando con la Institución Oceanográfica Woods Hole en Massachusetts para crear un diseño ambientalmente sensible”, dijo Jean-Pierre L. Oriol, comisionado del departamento.

“El objetivo es proporcionar un hábitat mejorado para los corales que luchan contra el cambio climático y proporcionar protección adicional a la costa, mientras trabajamos para restaurar los arrecifes de coral naturales”, indicó Marilyn Brandt, Directora del proyecto y profesora de investigación de la Universidad de las Islas Vírgenes.

¿Por qué se están volviendo más poderosos?

Los océanos más cálidos están sirviendo como combustible a los huracanes del Atlantico, ahora más del doble de probabilidades que antes de intensificarse rápidamente desde huracanes menores hasta fuerzas poderosas y catastróficas, de acuerdo con un estudio publicado en octubre.

En septiembre de 2023, el huracán Lee pasó de ser un huracán de 80 mph a convertirse en un huracán categoría 5 más poderoso con vientos de 155 mph en solo 24 horas. 

Otro ejemplo es el huracán María, que devastó Puerto Rico en 2017, pasó de ser una tormenta de categoría 1 con vientos de 90 mph a unos vientos de 160 mph en solo 15 horas, “Sabemos que nuestras tormentas más fuertes y dañinas a menudo se intensifican muy rápidamente en algún momento de su vida”, aseguró Indra Garner, Científica climática de la Universidad Rowan en Nueva Jersey y autora del estudio.

“Estamos hablando de algo que es difícil de predecir y que ciertamente puede conducir a una tormenta más destructiva. Esto se ha vuelto más común en los últimos 50 años, todo esto ha sucedido durante durante un período en el que hemos visto cómo las aguas del océano se calientan”, agregó la autora.