Chile apuesta por el litio como motor de la transición energética

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El litio es un mineral estratégico que se ha convertido en un recurso clave para […]

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El litio es un mineral estratégico que se ha convertido en un recurso clave para la transición hacia una economía más verde y baja en carbono. Chile, el mayor productor mundial de este metal, está decidido a aprovechar su potencial y consolidar su liderazgo en el mercado global.

Así lo ha anunciado el ministro de Hacienda de ese país, Mario Marcel, quien ha revelado que el país tiene como objetivo tener tres o cuatro nuevos proyectos de litio operativos para 2026. Estos proyectos se sumarían a los dos que ya existen en el Salar de Atacama, donde se extrae el 40 por ciento del litio mundial.

El litio es un componente esencial para la fabricación de baterías recargables, especialmente para vehículos eléctricos, que son una alternativa más limpia y eficiente a los motores de combustión. Según la Agencia Internacional de Energía, se espera que la demanda de litio se cuadruplique para 2030, impulsada por el crecimiento del mercado de vehículos eléctricos.

Chile tiene una ventaja competitiva en este sector, ya que posee el 58 por ciento de las reservas mundiales de litio y cuenta con una industria minera consolidada y diversificada. Además, el país ha firmado acuerdos comerciales con más de 60 países, lo que le permite acceder a mercados clave como China, Estados Unidos y la Unión Europea.

La apuesta por el litio también responde a una visión compartida con Estados Unidos, que busca reducir su dependencia de los combustibles fósiles y avanzar hacia una matriz energética más limpia y renovable. La visita de la Secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, a Chile en febrero de este año es una muestra del interés mutuo por fortalecer la cooperación bilateral en materia de energía y clima.

Sin embargo, el desarrollo de la industria del litio no está exento de desafíos y requiere de una gestión responsable y sostenible. Entre los principales retos se encuentran la protección del medio ambiente, especialmente del ecosistema del Salar de Atacama, el uso eficiente del agua y la energía, la generación de valor agregado y la participación de las comunidades locales.

Para enfrentar estos desafíos, Chile ha adoptado una serie de medidas, como la creación de un comité interministerial para coordinar las políticas públicas relacionadas con el litio, la elaboración de un plan nacional de desarrollo del litio, la promoción de la inversión privada y la innovación tecnológica, y el fomento de la asociatividad entre los actores relevantes del sector.

Chile tiene una oportunidad histórica para convertirse en un actor clave en la transición energética global y contribuir a la mitigación del cambio climático. El litio es un aliado estratégico para lograr este objetivo y Chile parece estar dispuesto a asumir el desafío.