Aprueban en la COP29 un mercado de carbono regulado por la ONU
Escrito por Manuel Pineda Curiel |
En la COP29, celebrada en Bakú, Azerbaiyán, se aprobó un marco normativo para establecer un […]
En la COP29, celebrada en Bakú, Azerbaiyán, se aprobó un marco normativo para establecer un mercado de carbono regulado por las Naciones Unidas, una medida largamente esperada para fortalecer los esfuerzos globales de reducción de emisiones. Este mercado, basado en el mecanismo de créditos del Acuerdo de París (también conocido como el mecanismo de crédito del Artículo 6.4), permitirá a los países y empresas intercambiar créditos de carbono para cumplir con sus compromisos de mitigación climática. La presidenta del organismo, María AlJishi, afirmó que estas normas son “clave para ofrecer un sistema de créditos robusto y que evolucione según las necesidades del mercado”, con el fin de garantizar el equilibrio entre las metas climáticas y los intereses de los países anfitriones y actores del mercado.
Las normas adoptadas incluyen requisitos específicos para medir y verificar la reducción de gases de efecto invernadero en proyectos de captura y remoción de CO₂, como la reforestación o la mejora de tecnologías en países en desarrollo. Estas reglas establecen un “ajuste a la baja” de las emisiones permitidas y exigen pruebas de adicionalidad para que los proyectos realmente aporten beneficios ambientales adicionales sin perpetuar prácticas contaminantes. Además, se introdujeron medidas de salvaguarda para mitigar riesgos y asegurar que las reducciones sean permanentes y respaldadas por un fondo de reserva en caso de incumplimientos.
Este mercado de carbono regulado por la ONU difiere de los mercados voluntarios, ya que cuenta con supervisión directa de las Naciones Unidas y estándares estrictos para evitar prácticas como el “greenwashing”. Esta medida no solo busca apoyar a las economías en desarrollo con inversiones climáticas, sino también brindar mayor integridad y transparencia a los créditos de carbono, que podrían canalizar miles de millones de dólares hacia proyectos sostenibles en todo el mundo.
Reacciones encontradas
Las organizaciones no gubernamentales (ONG) han recibido con reservas y críticas la aprobación del marco para un mercado de carbono regulado por la ONU en la COP29. Aunque el nuevo sistema establece reglas para la compraventa de créditos de carbono que buscan ayudar a los países a cumplir sus metas climáticas, muchas ONG han expresado escepticismo, cuestionando la efectividad real de estas medidas para reducir las emisiones globales.
Varias organizaciones, como Transparency International, han señalado que el mercado podría ser vulnerable a intereses de la industria de los combustibles fósiles, lo que podría disminuir el impacto positivo de los créditos. Algunos grupos incluso han alertado sobre el riesgo de que el mercado se convierta en una “solución falsa”, permitiendo a los grandes emisores cumplir metas de reducción en papel, sin implementar acciones concretas para reducir emisiones en sus propias operaciones.
Sin embargo, un aspecto del nuevo sistema que ha sido bien recibido por algunas ONG es la inclusión de protecciones ambientales y de derechos humanos, que aseguran que las comunidades afectadas por proyectos bajo este mecanismo puedan presentar apelaciones o quejas. Según Maria AlJishi, presidenta del organismo de supervisión de los créditos de carbono de la ONU, estas salvaguardas representan “un paso crucial” para asegurar que los proyectos cumplan con altos estándares éticos y ambientales.
La ambigüedad en cuanto al control sobre las prácticas y la implementación efectiva del mercado en el largo plazo genera dudas entre los defensores del medio ambiente, que seguirán monitoreando para asegurar que el mercado cumpla con su objetivo sin comprometer la integridad climática del Acuerdo de París.