Autos eléctricos con el embrague de neutral a primera

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La pandemia de Covid-19 afectó a toda la cadena de suministros necesarios para la producción […]

La pandemia de Covid-19 afectó a toda la cadena de suministros necesarios para la producción de piezas y baterías para la manufactura de autos eléctricos.

De acuerdo con datos de InfluenceMap difícilmente las armadoras de automóviles cumplirán el compromiso firmado en el Acuerdo de París de aumentar su producción de autos eléctricos de tal forma que se alcance el objetivo de bajar en 1.5 grados centígrados la temperatura promedio en el planeta.

Son varios factores los que impiden que se cumpla la meta establecida; la principal que identifican los expertos es que la pandemia de Covid-19 vino a afectar toda la cadena de suministros necesarios para la producción de algunas piezas clave así como en la fabricación de las baterías necesarias para estos vehículos. 

Actualmente la capacidad de producción de baterías en 2020 a nivel mundial es de 450 GWh, que se reparten de la siguiente forma alrededor del mundo: Asia aporta el 77 por cientop del mercado (345 GWh), seguido por Europa, con un 13 por ciento y Estados Unidos con 10 por ciento (45 GWh). 

Para 2030 se espera que el escenario sea diferente, ya que la capacidad mundial llegará a 2,857 GWh. Asia seguirá dominando el mercado con un 57 por ciento del total (1,627 GWh), pero Europa logrará recuperar buena parte del mercado, con un 33 por ciento del total de la producción en su suelo (950 GWh). En este sentido será Estados Unidos el que quedará más rezagado con el mismo 10 por ciento de la cuota total (280 Gwh).

Hay que mencionar que actualmente hay 80 fábricas a nivel mundial que producen esas baterías; sin embargo, se espera que la demanda de autos eléctricos se multiplique por seis hacia 2036, lo que hace insuficiente la cantidad de empresas que existen actualmente.

Precisamente, algunas de las recomendaciones que han puesto los expertos sobre la mesa es que se busque fortalecer este sector. Además algunas armadoras están considerando alinear sus líneas de producción con la fabricación de baterías, lo que, por un lado, podría despresurizar esta industria, pero podría provocar que cada marca tuviera su propia tipo de batería y pudiera complicar las cosas.

Así que para cumplir con los objetivos climáticos, para 2030 se necesitaría que 57.5 por ciento de los autos sean cero emisiones; sin embargo, se estima que en 2019 esa cifra era del 32 por ciento. En este sentido solo Tesla (100 por ciento) y Mercedes-Benz (56 por ciento) tienen previsto superar esta cifra.

El otro gran problema es que en el mundo, y principalmente en las zonas menos desarrolladas, no se cuentan con suficientes estaciones de recarga, un factor primordial si se quiere dar el paso definitivo al uso de automóviles eléctricos.

En México, por ejemplo, varias armadoras han señalado que no existe una infraestructura adecuada y no hay políticas públicas como ya existen en otros países para fomentar el crecimiento de esta red. 

El problema es que mientras las marcas hacen esfuerzos enormes para cumplir las metas de dejar de producir autos de combustión, los gobiernos no van a la misma velocidad y eso puede crear un bache difícil de sortear y puede atrasar más el cumplimiento de las metas medioambientales.

Las consecuencias de conseguir los objetivos marcados en el Acuerdo de París para 2030 son devastadoras, afirman las diferentes consultores en el mundo. Por una parte, al no contar con los suficientes autos eléctricos incrementará la demanda de autos de combustión, lo que aumentará la emisión de CO2. Además se retrasaría el momento en que los autos cero emisiones sean más baratos y la población en general busque estas nuevas alternativas de movilidad, con todos los costos ecológicos y económicos que esto implica.