Biden e Intel se unen para recuperar la producción mundial de chips

Manuel Pineda Curiel

Escrito por Manuel Pineda Curiel |

El presidente Joe Biden ha dado un paso hacia la independencia en la producción de […]

Chips

El presidente Joe Biden ha dado un paso hacia la independencia en la producción de semiconductores en Estados Unidos al anunciar un acuerdo con la gigante tecnológica Intel. Esto implicaría implica una inversión masiva de fondos directos y préstamos para la construcción de fábricas de chips en varios estados clave del país.

Según los detalles revelados, la empresa tecnológica recibirá 8,500 millones de dólares en fondos directos y otros 11,000 millones en préstamos para establecer plantas de semiconductores en Arizona, Ohio, Nuevo México y Oregon. Esta medida no solo busca fortalecer la infraestructura tecnológica del país, sino que podría tener un impacto significativo en la economía y la seguridad nacional de Estados Unidos.

La secretaria de Comercio, Gina Raimondo, destacó que este acuerdo permitirá a Estados Unidos producir el 20 por ciento de los chips más avanzados del mundo para 2030, una cifra considerable si se compara con el nivel actual, que es prácticamente nulo. Raimondo subrayó la importancia estratégica de esta iniciativa, señalando que los chips de última generación son fundamentales para la innovación en sectores como la inteligencia artificial y la defensa militar.

Creación de empleos

El presidente Biden tiene previsto abordar este acuerdo durante su visita al campus de Intel en Chandler, Arizona, un estado que podría desempeñar un papel crucial en las elecciones de noviembre. Este anuncio refuerza su mensaje de darle nueva vida a la manufactura nacional y creación de empleo, desafiando directamente las políticas económicas de su predecesor.

El financiamiento para este proyecto provendrá en parte de la Ley de CHIPS y Ciencia de 2022, una legislación bipartidista que refleja la preocupación compartida sobre la dependencia de chips fabricados en Asia y su impacto potencial en la economía estadounidense.

Este acuerdo representa un paso crucial hacia la autosuficiencia en la producción de chips, una industria vital para afrontar los retos del futuro en cuanto a la producción de tecnologías verdes, militares y de inteligencia artificial.