Chile: ejemplo de gestión ambiental

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Por: Ignacio Parada, CEO de Bioelements Los desafíos ambientales que enfrenta Latinoamérica como la mala […]

Por: Ignacio Parada, CEO de Bioelements

Los desafíos ambientales que enfrenta Latinoamérica como la mala administración de los residuos, la contaminación del agua, el calentamiento global, deforestación, invasiones en áreas protegidas, entre muchos otros, no han podido solucionarse. Ningún país de la región puede ofrecer ejemplo de implementación de soluciones ambientales, por ello, se requiere un cambio profundo que, más allá de inclinaciones políticas, ponga al centro una verdadera propuesta que incluya tendencias innovadoras como el triple impacto.

Este mes de marzo el presidente electo de Chile, Gabriel Boric, hará historia en el país y en la región al tomar posesión con un gabinete diverso desde el punto de vista político y generacional. El nuevo equipo presidencial tiene un promedio de 49 años edad y siete de los 24 ministros no alcanzan los 40 años, además, la gran mayoría es egresado de universidades públicas. Este cambio histórico sugiere una enorme esperanza de cambio en la solución de los problemas que aquejan al país, sobre todo los ambientales y que sirva su ejemplo para América Latina.

El gabinete considera a 14 mujeres, dentro de este grupo se encuentra Maisa Rojas Corradi, quien se encargará del Ministerio del Medio Ambiente. Maisa tiene 49 años, es física y climatóloga, y posee un doctorado en Física de la Atmósfera de la Universidad de Oxford. Es académica de la Universidad de Chile y directora del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia.

Maisa es autora del último informe del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU, publicado en agosto, que establece que muchos de los cambios observados en el clima no tienen precedentes y son irreversibles, su postura es así de clara y sólo con esa contundencia se podrán tratar los males ambientales que nos aquejan, sobre todo en América  Latina y el Caribe, región que concentra cerca del 60 por ciento de la vida terrestre del planeta, de acuerdo con el Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA).

La asignación de Maisa es una oportunidad para considerar aspectos clave de la agenda medioambiental como el impulso del triple impacto en las empresas, modelo económico que persigue la rentabilidad y tener un impacto social y al medio ambiente y su efecto permear en países como Brasil, Colombia, Ecuador, México, Perú y Venezuela que concentran la mayor biodiversidad del continente y que pese a ello, sus gobiernos no los han protegido con acciones contundentes.

Esta tendencia, es una iniciativa de las empresas, sin embargo, desde el gobierno también se debe considerar al triple impacto como un nuevo paradigma cultural que define a las empresas no sólo como agentes económicos sino como mecanismos que tienen la posibilidad de cambiar su entorno al contemplar a la sociedad y el medio ambiente en el que se desarrollan.

Ya no se puede pensar en sólo ganar dinero y esta tendencia se verá en los próximos años, sobre todo, en las empresas de nueva creación de México a la Patagonia. Este modelo es el resultado del proceso de concientización que se ha dado a nivel global y que llama a reformular la manera como se entiende el desarrollo económico y del cual ni Chile ni países como México, pueden quedar al margen.

El salto generacional del nuevo gabinete chileno ofrece la oportunidad de ver las dificultades del país y de la región con una nueva visión en la que se privilegia el tratamiento de los problemas del medio ambiente como una prioridad y de ser así, que sirva su ejemplo en beneficio de otros países.