Por: Martín Rincón, Director de Sustentabilidad de Bio Pappel Como cada aspecto de nuestra actualidad, la cultura empresarial se está…
Por: Martín Rincón, Director de Sustentabilidad de Bio Pappel
Como cada aspecto de nuestra actualidad, la cultura empresarial se está transformando; haciendo más habitual la adopción de prácticas corporativas de gran impacto a su entorno que colocan en primer lugar su compromiso con el capital humano, comunidades y medio ambiente.
En este sentido, es donde las estrategias que impulsan el compromiso social están logrando hacer la diferencia en cuanto a la búsqueda de un desarrollo sostenible global, es decir, son las acciones que se enfocan a contrarrestar los impactos derivados de la actividad de organizaciones a nivel social, laboral, medioambiental y de los derechos humanos.
En términos más simples, estas acciones pueden comprenderse mejor respondiendo a la pregunta: ¿Qué puedo hacer “yo” para mejorar mi comunidad? Ya sea que “yo” se refiera a un esfuerzo individual, grupal o a una escala mucho mayor, sin embargo, hablando de los resultados que son posibles alcanzar, puede decirse que las empresas tienen la capacidad de lograr impactos contundentes.
La implementación de estas estrategias trae consigo un sinfín de beneficios e impactos positivos, que se ven reflejados tanto al interior como al exterior de una organización. Va desde la percepción externa que hay sobre la organización hasta un mejor desempeño por parte de los colaboradores, sin embargo, el impacto del compromiso social tiene un alcance bastante amplio y que incluso, es complejo cuantificar.
Si bien, los Objetivos de Desarrollo Sustentable son un gran indicador que ayuda a marcar las guías de acción y ejes para actuar, el poder del compromiso es mucho mayor cuando comienza a hacer eco, y cada vez más organizaciones se suman y las acciones y las estrategias se replican.
Lo que se puede lograr gracias a un compromiso y responsabilidad social es que los valores que sostienen a la empresa sean mucho más sólidos, así como la misión y la visión, logrando un gran crecimiento y solidez en la ética empresarial, y si bien puede haber gratificaciones económicas, a nivel interno representa un incremento en la confianza. Esta cultura comienza con los líderes y es su deber fomentarla con el resto del equipo.
De hecho, existe toda una metodología que está diseñada para evaluar el compromiso y responsabilidad social como factores que influyen en el éxito de las empresas. De acuerdo con un estudio realizado por Great Place to Work en 2019, indicó que la implementación y realización de prácticas organizacionales de Responsabilidad Social Empresarial aunadas a un ambiente laboral que estimule el trabajo y reconocimiento del personal, logran que regiones completas obtengan excelentes resultados.
El impacto del compromiso social, más allá de ser tendencia, es por completo un deber que se hace con el fin de generar un futuro más sostenible, responsable y solidario donde la confianza esté depositada en que las organizaciones son el actor más poderoso para lograr grandes cambios y que al mismo tiempo inspire a cada persona a hacer algo por mejorar su entorno y la sociedad.
En conclusión, se puede decir que hacia adentro y también hacia afuera, el impacto del compromiso social puede hacer que ocurran grandes cambios, contagiando al todos de confianza y esperanza en un mundo más responsable y más solidario.