Defensor del “fracking” es el nuevo secretario de Energía en EU

Escrito por Manuel Pineda Curiel |
El nuevo presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, anunció el nombramiento de Chris Wright, […]

El nuevo presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, anunció el nombramiento de Chris Wright, un firme defensor del “fracking”, como su nuevo secretario de Energía. La designación ha sido criticada por grupos ambientalistas que la ven como un retroceso en la lucha contra el cambio climático.
Chris Wright es un empresario destacado en el sector energético, conocido por su liderazgo en Liberty Energy, una de las principales compañías dedicadas a la extracción de petróleo y gas mediante la técnica del fracking. Originario de Montana, Wright tiene una formación en ingeniería mecánica y un historial de defensa apasionada de los combustibles fósiles.
Bajo su liderazgo, Liberty Energy se consolidó como una de las empresas más innovadoras en el sector del fracking, introduciendo tecnologías para mejorar la eficiencia de los pozos de gas y petróleo. Sin embargo, su postura sobre el cambio climático ha sido objeto de críticas, pues ha cuestionado la urgencia de las medidas internacionales para reducir las emisiones de carbono y ha abogado por el papel fundamental de los hidrocarburos en el desarrollo económico.
La polémica del “fracking”
El fracking, o fracturación hidráulica, es una técnica de extracción de hidrocarburos que ha sido duramente criticada por su impacto ambiental. Grupos ecologistas argumentan que el fracking contamina el agua subterránea, contribuye a la emisión de gases de efecto invernadero y provoca actividad sísmica en áreas cercanas a los pozos.
La designación de Wright refuerza la postura de Trump de priorizar la independencia energética de Estados Unidos y revitalizar la industria de los combustibles fósiles. Durante su campaña, Trump prometió eliminar regulaciones que, según él, “estrangulan a la industria energética”.
La designación de Wright marca un regreso a las políticas energéticas profósiles de la primera administración Trump, con un enfoque en reducir regulaciones ambientales y promover la producción doméstica de petróleo y gas. Esto contrasta con la administración Biden, que había intentado avanzar en la transición hacia fuentes de energía renovable.
Con Wright al frente del Departamento de Energía, es probable que veamos un impulso renovado al fracking y a la exploración petrolera, así como un posible debilitamiento de las políticas que limitan las emisiones de carbono.
El nombramiento pone de relieve un choque ideológico en el panorama político estadounidense: mientras algunos celebran la vuelta a una política de “energía abundante y barata”, otros temen que esto agrave la crisis climática global.