Día Internacional de la preservación de la capa de ozono

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El 16 de septiembre es el Día Internacional de la Preservación de la Capa de […]

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El 16 de septiembre es el Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono, una iniciativa de la Asamblea General de las Naciones Unidas para conmemorar la firma del protocolo de Montreal, un acuerdo internacional para proteger la capa de ozono, a través de la regulación, disminución y eliminación productos químicos como CFCs, HCFCs, halones, tetracloruro de carbono y bromuro de metilo, llamadas comúnmente SAO (Sustancias que Agotan la Capa de Ozono).

En la década de los 70´s el científico mexicano Mario Molina en conjunto con Frank Sherwood previeron que la emisión de gases clorofluorocarbonos (CFC) provocaría un agujero en la capa de ozono, debido a la alta concentración de átomos de cloro capaces de destruir la capa de ozono y lo que facilitaría la filtración de los rayos ultravioletas a la tierra. Además, se ha demostrado que el uso de SAO´s son causantes del calentamiento global. 

¿Cómo afecta el “hoyo de la capa de ozono”? 

La ruptura de la capa de ozono produce cambios significativos en el planeta, que van desde cambios en los ciclos naturales de la tierra y sus ecosistemas, hasta desencadenar problemas en la piel y los ojos, debido a que el planeta queda desprotegido de los rayos ultravioletas.

Para afrontar esta situación, gobiernos, empresas y asociaciones firmaron el Tratado de Montreal (1987) en el que 196 países se comprometieron a eliminar el cloro de sus componentes químicos para evitar que el hoyo de la capa de ozono creciera. La industria eliminó el uso de algunas sustancias dañinas a la capa de ozono, pero que emitían gases que incrementaban la temperatura del planeta, ocasionando el ya conocido, calentamiento global. Por ello, en 2016 surge la Enmienda de Kigali, para reducir el uso de los hidrofluorocarbonos (HFC) hasta en un 85 por ciento, y evitar el calentamiento global.

Este acuerdo compromete a los países integrantes a reducir los Gases de Efecto Invernadero (GEI), a través de la reducción de los HFC, a través de las siguientes acciones:

  • La disminución directa de los GEI, mediante la reducción del consumo de los HFC y de las SAO, protegiendo así la Capa de Ozono y aportando a la estabilidad climática.
  • La disminución indirecta de los GEI a través del mejoramiento de la eficiencia energética de equipos de refrigeración y aire acondicionado (RAC), que es la industria que hace uso de estos químicos.
  • La promoción de tecnologías más eficiente en términos de sustancias “limpias”, materiales reciclables y bajo uso de energía.
  • La destrucción adecuada de equipos, sustancias y productos, mediante la promoción de tecnologías adecuadas ambientalmente, de uso nacional o regional.

¿Qué se espera de la Enmienda de Kigali?

La reducción progresiva de los HFC, con la integración de energías alternas con bajo Potencial de Calentamiento Atmosférico. Enmienda que Cali tiene un calendario específico que distingue cuatro grupos de países con metas específicas. Los países más desarrollados, comenzaron su proceso de reducción en 2019 y deberán lograr una disminución del 85 por ciento con respecto a su línea de base en el año 2036. Los países restantes estarán trabajando para alcanzar la misma meta para el año 2047.

Actualmente algunos sectores en la industria de refrigeración y aire acondicionado están utilizando de forma generalizada algunas alternativas energéticas de bajo potencial de calentamiento atmosférico a base de hidrocarburos. Las industrias deberán incluir como objetivo empresarial y no sólo de responsabilidad social la migración de sustancias nocivas para la capa de ozono, por aquellas que sean amigables con el medio ambiente. No sólo como un tema de imagen, sino de un compromiso social.

El amplio apoyo y la implementación del Protocolo de Montreal han llevado a la eliminación casi total de un centenar de productos químicos que agotan la capa de ozono, una contribución significativa a la mitigación del cambio climático.

La evidencia presentada en la última Evaluación científica del agotamiento de la capa de ozono muestra que en partes de la estratosfera la capa de ozono se ha recuperado a una tasa de 1 a 3 por ciento por década desde el año 2000. A las tasas proyectadas, el hemisferio norte y el ozono de latitud media se recuperarán completamente para la década de 2030, seguidos del hemisferio sur en la década de 2050 y las regiones polares en 2060.

El camino es el correcto, ahora lo que se requiere es un mayor compromiso de los países y acciones más determinadas para lograr que las metas trazadas puedan ser cumplidas.