El desafío de México para implementar un mercado de carbono efectivo
Escrito por Manuel Pineda Curiel |
México se encuentra en un punto crítico respecto a la implementación de su mercado de […]
México se encuentra en un punto crítico respecto a la implementación de su mercado de carbono, un mecanismo clave para la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Aunque el país ha dado pasos hacia la creación de este mercado, diversos obstáculos han retrasado su plena implementación y obligatoriedad. Este atraso tiene implicaciones significativas tanto en materia ambiental como económica.
El mercado de carbono en México comenzó con una fase piloto en enero de 2020 y debía concluir en 2022, la cual se extendería a una fase operativa que terminaría 2023. Durante esta fase, se buscaba establecer las bases para un mercado funcional, permitiendo a las empresas y autoridades ajustar los sistemas y normativas necesarios. Sin embargo, la transición a una fase obligatoria y plenamente operativa ha enfrentado diversos retos.
El esquema del mercado de carbono en México está diseñado para operar bajo un sistema de comercio de emisiones (ETS, por sus siglas en inglés). En este sistema, se establece un límite máximo de emisiones (cap), en este caso de 100,000 toneladas anuales de CO2 y se asignan permisos o créditos a las empresas participantes, que representan el derecho a emitir una cierta cantidad de CO2. Las empresas que logran reducir sus emisiones pueden vender sus créditos sobrantes a aquellas que necesitan comprar permisos adicionales para cumplir con el límite establecido.
Los obstáculos
Para la implementación total y obligatoriedad del mercado de carbono en México, aún se requieren varios pasos cruciales como un marco legal claro. Aunque se han desarrollado regulaciones preliminares, es necesario consolidar un marco legal robusto que asegure la operatividad del mercado y defina sanciones para el incumplimiento. También se necesita una infraestructura adecuada para monitorear, reportar y verificar (MRV) las emisiones de las empresas participantes, garantizando la transparencia y la exactitud de los datos.
Además, es vital ofrecer capacitación a las empresas y actores involucrados sobre el funcionamiento del mercado y los beneficios de participar en él. Además, la participación voluntaria debe convertirse en una obligación para un mayor número de empresas, lo cual requiere negociar con el sector privado para asegurar su compromiso.
Fuera de Europa, varios países han implementado mercados de carbono con éxito, estableciendo ejemplos a seguir:
1. China lanzó su mercado de carbono nacional en 2021, actualmente el mayor del mundo, cubriendo inicialmente el sector energético y con planes de expansión a otras industrias.
2. Corea del Sur implementó su ETS en 2015, siendo uno de los primeros países asiáticos en hacerlo. El sistema ha mostrado resultados positivos en la reducción de emisiones y promoción de tecnologías limpias.
3. En Canadá varias provincias, como Quebec y Ontario, han establecido mercados de carbono que están vinculados con el sistema de comercio de emisiones de California, creando un mercado regional robusto en América del Norte.
Implicaciones negativas
El retraso en la implementación del mercado de carbono tiene serias repercusiones para México. Sin un mercado de carbono plenamente operativo, México enfrenta desafíos para cumplir con sus compromisos internacionales de reducción de emisiones, como los establecidos en el Acuerdo de París.
Además, la falta de un mercado de carbono funcional impide que México se beneficie de las oportunidades económicas que este sistema ofrece, incluyendo la atracción de inversiones verdes y el desarrollo de tecnologías limpias.
Y por último, el atraso puede afectar la competitividad de las empresas mexicanas en el mercado global, especialmente en regiones donde los mercados de carbono son ya una realidad y una condición para el comercio y la inversión.