El reto de financiar proyectos verdes

En todo el mundo estamos presenciando impactos devastadores, que van desde fenómenos climáticos extremos, hasta la pérdida de biodiversidad y la acidificación de los océanos. Las empresas tienen mucho que hacer al respecto, pero las que desean implementar iniciativas ambientales necesitan recursos financieros para hacerlo, así como conocimientos en la materia, que muchas veces no tienen, además de que se enfrentan a grandes obstáculos.

Entre estos se encuentran la falta de opciones, pues actualmente sólo los grandes bancos ofrecen productos financieros para este sector y casi ninguna institución financiera no bancaria los ha desarrollado y, cuando alguien identifica instituciones internacionales que ofrecen este tipo de recursos se da cuenta de que no puede acceder a ellos. 

Por otro lado, los requisitos son estrictos en materia de criterios medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés) y las empresas muchas veces no logran cumplirlos por falta de conocimiento en la materia.

Además, las instituciones financieras enfrentan retos como el desarrollo de productos específicos para proyectos de impacto ambiental, ya que muchas veces ofrecen los mismos productos que ya tienen, pero no logran comprender que es indispensable tropicalizarlos para que cumplan con lo que ese tipo de proyectos requieren como, por ejemplo, condiciones preferenciales o plazos ad hoc a las tecnologías que se implementarán con el dinero.

También tienen un bajo conocimiento de ESG, que les dificulta la evaluación de los proyectos, y desconocimiento en la medición del impacto que obtendrá la sociedad y el medio ambiente cuando dichos recursos se utilicen en estos proyectos. 

Bancos como Citi ya tienen un área de Social Finance, la cual destina un presupuesto anual para atender proyectos de impacto y da un seguimiento puntual a las métricas de impacto generadas. Casos como ése deben servir de ejemplo para que otras entidades lo repliquen.

Un reto más es la falta de fondeo verde, que hoy ofrecen el Banco Mundial, bancos de desarrollo y organismos internacionales que poco a poco van destinando más recursos para proyectos de impacto, pero aún resulta complicado acceder a ellos.

A medida que más empresas busquen alinearse con objetivos de sostenibilidad, la demanda de productos de financiamiento verde aumentará. Quienes deseen volverse sostenibles también se beneficiarán al acceder a nuevos mercados y clientes que valoran la responsabilidad ambiental, incrementando así su competitividad y resiliencia. 

Es un hecho que las organizaciones que implementen el uso de tecnologías verdes, mitiguen su huella de carbono y establezcan acciones a favor del cuidado del medio ambiente lograrán mejorar su imagen corporativa, obtendrán distintivos de empresa socialmente responsable y generarán mayor interés por parte de los inversionistas, además de que destacarán frente a su competencia.