Esfuerzos sólidos para el enfrentar la pandemia

Previo a la pandemia del Covid-19, las empresas y sus fundaciones, así como las organizaciones de la sociedad civil, venían desempeñando su labor social enfocada en dos rubros principalmente, la educación y la alimentación. Programas dirigidos principalmente a los niños y jóvenes de todas las edades.

Con la contingencia sanitaria, muchos de los proyectos se detuvieron o quedaron a medio camino. Sin embargo, en poco tiempo, tanto las fundaciones como las organizaciones de la sociedad civil retomaron actividades enfocando sus recursos a la atención de los requerimientos provocados por la pandemia.

Dicha inercia, además permitió, que dichas organizaciones retomaran sus labores; sobre todo aquellas enfocadas al apoyo de comunidades marginadas para dar continuidad a las tareas que ya venían realizando. No obstante, los programas debieron renfocarse para atender en su mayoría tres segmentos en los que ya venían trabajando. Salud, educación, y alimentación.

El rubro de salud, fue el que acaparó mayor atención y demando mayores recursos de todo tipo por parte de las organizaciones de la sociedad civil. De acuerdo con los resultados reportados por las 29 fundaciones y empresas de nuestro informe, el 30 por ciento de los recursos destinados a apoyos para atención de la sociedad civil durante 2020, se dirigieron a este rubro.

El segundo rubro en el que más se enfocaron los programas y proyectos de las empresas y fundaciones de nuestro informe, se dirigió a educación, el 21 por ciento de ellas apuntaló este importante segmento de apoyos pues con el paro de actividades y cierre de escuelas, los niños y jóvenes principalmente, vieron alterado sus procesos formativos, no sólo en cuestión temporal, también en formas y condiciones.

La educación a distancia, no fue una opción para todos los niños y jóvenes de educación, básica, media y media superior. El principal dilema fue el acceso a internet y/o la falta del equipo adecuado para conectarse a la sesión de clases a distancia.

Este proceso fue un shock no sólo tecnológico, si no emocional y psicológico para muchos alumnos, que se repitió no sólo en las zonas más alejadas de las grandes ciudades, incluso en las zonas urbanas existieron casos en los que niños y jóvenes, no contaron con todas las herramientas para dar continuidad a su formación educativa.

Finalmente, el tercer rubro al que destinaron el mayor número de recursos, fue el de alimentos, 18 por ciento. Y es que la contingencia no sólo demandó insumos y equipo médico; el personal de salud, especialmente los médicos que estuvieron en la primera fila de batalla fueron apoyados con alimentos, pues de pronto se encontraron en un escenario en el que no podía abandonar los centros de atención Covid debido a que su contacto directo con los pacientes de la enfermedad, también los hizo susceptibles de ser vehículos de contagio.

En ese contexto los apoyos y donaciones alimentarios fue esencial para mantener los hospitales y centros de atención operando las 24 horas del día, ritmo que fue demandó durante todo el proceso más complicado de la pandemia.

Las empresas que cuentan con una fundación, señalaron que, en el 65 por ciento de los casos, los recursos con que operaron, son propios y el 17 por ciento proviene de aportaciones y donaciones y únicamente el 1 por ciento de los recursos financieros, fueron apoyos de gobierno.

Como mencionamos al inicio, los niños y jóvenes antes de la mayoría de edad, fueron el principal grupo de población atendida con el 46.2 por ciento, mientras que el 40 por ciento fue atención a personas adultas que son el grupo que compone el segmento poblacional más afectado por el Covid-19.

El 60 por ciento de los apoyos se concentro en las zonas urbanas que también fueron las más afectadas a causa de la pandemia, mientras que el 28 por ciento de las ayudas se dirigió a zonas rurales en las que, además de los efectos del Covid-19, el tema educativo observo mayores afectaciones como lo mencionamos a causa de falta de la accesibilidad a la educación en línea.

Sin duda, el trabajo desplegado de las 29 fundaciones y empresas que aparecen en el listado, fue fundamental para hacer frente a una crisis sanitaria que aún no termina y de la que poco a poco, vamos conociendo sus efectos en toda su dimensión.