Ética y transparencia los objetivos de las empresas ESG
Escrito por verdes |
Uno de los cambios que puede ser determinante para el futuro de los negocios a […]
Uno de los cambios que puede ser determinante para el futuro de los negocios a nivel global, es la adopación de las prácticas y lineamientos ESG (social, ambiental y de gobernanza) dentro de las empresas.
Esta relevacia se centra principalmente en temas ambientales, pero como proclaman los administradores y gestores de fondos de inversión, alineados por supuesto a los precetpos plasmados en los ODS de la ONU, los aspectos social y de gobernanza complementan lo que consideran será una forma diferente de ver el mundo de hacer negocios que generen bienestar social y garanticen la gobernabildiad interna de las compañías en términos de transparencia y ética empresarial.
Son precisamente la transparencia y la ética empresarial, dos de los asuntos con los que, las empresas, deberán trabajar en función de dos objetivos particulares, 1) mantener y acrecentar su reputación y 2) afinar y establecer sus objetivos de sustentabilidiad.
Lo anterior es importante porque en esta fiebre por la obtención de etiquetas ESG, algunas empresas han incurrido en prácticas de greenwashing, o en falsedad de declaraciones en cuanto a prácticas y criterios de sustentabilidad dentro de sus negocios. Este fenómeno no es particular de un sector o de un país, las autoridades financieras, han detectado este fenómeno en prácticamente todos los países en todos los segmentos que componen la economía mundial.
Cierto, en algunos países y regiones los casos son más frecuentes que en otras, pero tanto en Europa como en Estados Unidos, se han detectado estas prácticas de greewashing que tienen como objetivo acceder a mejores condiciones para emitir deuda o colocar créditos para sus compañías.
Las empresas en Latinoamérica también se están sumando a esta tendencia para estar catalogadas como ESG, algunas con un nivel de desempeño alto y otras que batallan para evitar caer en prácticas que no sólo dañen su reputación, si no que además, transparenten sus avances en materia de sustentabilidad.
En la actualidad, vemos un racimo de consultores y expertos en ESG, así como instituciones, consultorías y agencias de calificación que determinan el nivel o procesos para que las empresas puedan ser consideradas como sustentables en base a los criterios ESG. Sin embargo, esto no ha sido suficiente para evitar caer en información falsa o errónea.
Es en ese sentido que, desde hace poco más de dos años, las autoridades del mercado de valores de Nueva York (NYSE), establecieron la necesidad de establecer procesos claros, trasparentes y homogéneos para conocer y medir los avances de las compañías listadas en los difrentes índices ESG avalados por las instituciones calificadoras de crédito, o los administradores y gestores de fondos.
La labor es titánica pues en el horizonte se enfrentan dos dilemas que cada vez se van convirtiendo en una amenaza para los negocios y el desarrollo de las economías, uno de ellos, el cambio climático y el segundo, la transición hacia energías más limpias que sustituyan las fósiles.
Ambos dilemas son apremiantes y será relevante el papel que asuman las empresas en todo el mundo para hacer más transparentes y medibles sus prácticas y avances en ESG que les darán patente de corzo para transitar sus empresas hacia procesos más limpios y sustentables. No hacerlo, determinará el destino de dichas compañías y reducirá las oportunidades para moldear un futuro sostenible basado en proyectos y negocios respuetuosos con el medio ambiente.