Europa necesita abastecer materias primas para el suministro de energía 

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La dependencia de Europa de los minerales chinos de tierras raras ha llevado a la […]

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La dependencia de Europa de los minerales chinos de tierras raras ha llevado a la Comisión Europea a reconocer la importancia de revitalizar su propio sector minero. Con China controlando aproximadamente 60 por ciento de la producción mundial de estos minerales, la vulnerabilidad del continente ante la volatilidad de los precios y los riesgos geopolíticos es evidente. Además, la invasión rusa a Ucrania ha hecho patente la necesidad de diversificar las fuentes de suministro de materias primas.

El declive del sector minero europeo ha sido pronunciado en las últimas décadas, pasando de 40 por ciento de la producción mundial en el siglo pasado a apenas 3 por ciento en la actualidad. Factores como la disminución de la extracción de carbón y la orientación hacia fuentes de energía más sostenibles han contribuido a esta caída. En 2022, la producción de carbón en la Unión Europea (UE) se redujo en un tercio, reflejando una tendencia hacia la energía limpia.

La pandemia de Covid-19 y la guerra en Ucrania han exacerbado la crisis energética en Europa, destacando la importancia de asegurar un suministro interno de minerales críticos. Las restricciones impuestas a las importaciones rusas de petróleo y gas han resaltado la necesidad de diversificar las fuentes de energía y materias primas.

La Comisión Europea respondió con la Ley Europea de Materias Primas Críticas, dirigida a garantizar un suministro seguro y sostenible de minerales. Esta legislación busca reducir la burocracia, fomentar la innovación y aumentar la exploración de alternativas, como el reciclaje de materiales.

Los proyectos de reciclaje, como Susmagpro, financiado por la UE, están demostrando ser prometedores en la reutilización de minerales de tierras raras, esenciales para la fabricación de turbinas eólicas, dispositivos electrónicos y vehículos eléctricos. Además, se están explorando asociaciones estratégicas con terceros países para fortalecer la seguridad y la diversidad del suministro.

Sin embargo, los desafíos persisten. La burocracia, las regulaciones medioambientales estrictas y la oposición local dificultan la apertura de nuevas minas en Europa, mientras la dependencia de China en la cadena de suministro de minerales de tierras raras sigue siendo un riesgo significativo para la UE.