Gestión responsable de recursos naturales en la cadena de valor

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Por: Heriberto Rodríguez Obeso, Subdirector de Operaciones de Grupo Herdez Tenemos que estar conscientes que […]

Por: Heriberto Rodríguez Obeso, Subdirector de Operaciones de Grupo Herdez

Tenemos que estar conscientes que las sequías son cada vez más críticas, y ante los impactos del cambio climático, la realidad es que la cantidad de agua disponible para la producción de alimentos es cada vez menor.  Este panorama no es solo un reto, es una realidad que la industria agrícola y alimenticia debe aprender a navegar. 

La administración de recursos agrícolas debe mantener el equilibrio perfecto entre el uso consciente de los recursos y garantizar la calidad e inocuidad de los productos. Por ello, tomar acción con técnicas sustentables es esencial para la operación y permanencia del negocio.

Como responsable del área de abasto agrícola, de una compañía con más de 100 años de historia, he podido presenciar de primera mano la evolución de métodos de uso de agua en el campo, con procesos cada vez más sofisticados. Técnicas que pueden parecer sencillas, cuando en realidad, mejoran la eficiencia del uso del agua que utilizamos para la producción agrícola. Por ejemplo, con el uso del riego por goteo, podemos ahorrar hasta un 60 por ciento de agua sin afectar el resultado de los cultivos.

Asimismo, las compañías no solo deben tomar responsabilidad de sus procesos. También, es necesario involucrar a los proveedores y demás eslabones de la cadena de producción, para promover y asegurar el manejo responsable de los recursos, impulsado por el área de abastecimiento estratégico y las buenas prácticas probadas por el sector. 

Parte importante para el éxito en la implementación de estas técnicas, es el conocimiento compartido. En los últimos 10 años, la industria ha cambiado, los planes de estudio relacionados con las áreas de abastecimiento que ahora contemplan una formación en responsabilidad y sostenibilidad. En nuestra interacción con proveedores agrícolas, observamos cómo las nuevas generaciones que se incorporan adoptan naturalmente esta cultura. Por otro lado, los aspectos ambientales en las compañías ya no son independientes. Hoy existen roles y responsabilidades en todo el organigrama para cumplir con las metas ambientales con el mismo valor que los indicadores de negocio.

El desafío actual no radica en cuestionar la necesidad de implementar una infraestructura sustentable, sino en superar las expectativas de un mundo cada vez más consciente y afectado por los impactos ambientales. Es trabajar con las consecuencias para revertirlas, lo cual solo será posible a través de acuerdos con proveedores y demás actores de la cadena. El compromiso con la sostenibilidad y la colaboración interdisciplinaria son fundamentales, es crucial cooperar para fomentar una cultura del cuidado y preservación de los recursos naturales.