Glifosato: ¿El peligro silencioso detrás del Alzheimer?

Escrito por Manuel Pineda Curiel |
El glifosato, uno de los pesticidas más usados en el mundo, podría ser más dañino […]

El glifosato, uno de los pesticidas más usados en el mundo, podría ser más dañino de lo que se creía. Un nuevo estudio revela su posible relación con el Alzheimer.
En un mundo donde los herbicidas y pesticidas son productos clave para la agricultura moderna, pocas veces reflexionamos sobre los posibles riesgos que estos químicos implican para la salud. Sin embargo, un reciente estudio de la Universidad Estatal de Arizona ha encendido alarmas sobre el glifosato, un ingrediente activo ampliamente utilizado en herbicidas como el Roundup.
El equipo liderado por el doctor Ramón Velázquez, especialista en neurociencia, ha encontrado pruebas contundentes de que este químico, cuando se absorbe en cantidades incluso bajas, podría estar contribuyendo al desarrollo de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.
El glifosato es el herbicida más utilizado en el mundo y su presencia está en todas partes: en campos de cultivo, productos agrícolas y, por desgracia, en nuestros alimentos. A pesar de que durante años se ha debatido su seguridad, este nuevo estudio revela un lado más preocupante sobre este compuesto químico.
Según Velázquez, “el cerebro es más vulnerable a los efectos del glifosato de lo que se pensaba. Nuestro trabajo muestra que puede desencadenar procesos inflamatorios que aumentan el riesgo de desarrollar enfermedades como el Alzheimer”.
Evidencia científica
El estudio, realizado en ratones, demostró que una exposición relativamente breve al glifosato provocó neuroinflamación persistente, alteraciones en el comportamiento y una aceleración de los procesos cerebrales asociados con el envejecimiento.
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores expusieron a dos grupos de ratones a diferentes concentraciones de glifosato durante 13 semanas. Posteriormente, los animales pasaron seis meses sin contacto con el químico, un tiempo equivalente a varios años humanos, para evaluar los efectos a largo plazo.
Los resultados fueron inquietantes: en la mayoría se detectaron altos niveles de inflamación en el cerebro, una condición asociada con el desarrollo de enfermedades como el Alzheimer. Además, los ratones expuestos mostraron comportamientos ansiosos y problemas para adaptarse a situaciones nuevas, signos tempranos de deterioro cognitivo.
Aunado a esto, el tejido cerebral de los ratones contenía ácido aminometilfosfónico, un metabolito del glifosato, lo que sugiere que el químico se acumula en el cerebro con el tiempo.