Hay que replantearnos la narrativa sobre el cambio climático

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Escrito por verdes |

Oliver Jeffers plantea que si cambiamos la narrativa de confrontación sobre el cambio climático será más fácil combatirlo.

Cambio climático Imagen generada con Leonardo.ai

Estados Unidos es una de las naciones mejor posicionadas para liderar la lucha contra el cambio climático, tanto política como económicamente, indicó Oliver Jeffers, artista y escritor, en un ensayo publicado en The New York Times.

Sin embargo, argumenta que en esta nación las divisiones paralizan los esfuerzos por frenar las emisiones de uno de los mayores contaminadores climáticos del mundo.

En el ensayo Debemos cambiar nuestra forma de contar la historia del cambio climático, plantea que, muy a menudo, los que están preocupados por este problema, incluido él, son culpables de menospreciar a la otra parte. Esto, debido a que están preocupados por tener razón sobre la amenaza existencial a la que nos enfrentamos.

Por ende, no se dan cuenta de que perder nuestro medio de vida también es una amenaza existencial. Y ejemplifica que esto puede ocurrir a causa de la prohibición de la fracturación hidráulica o del cierre de una planta de carbón.

 Así que proteger ese medio de vida y a las familias y ciudades que sustenta es una de las causas más nobles que hay que defender.

Historias antagónicas sobre el cambio climático

Explica que en su trabajo como escritor se he dado cuenta de que tenemos la costumbre subconsciente de subestimar el poder de las historias.

Por lo tanto, dice que si somos capaces de reconocer que nuestras historias sobre el cambio climático son las que nos han metido en este estado de parálisis, entonces quizá podamos empezar a trabajar juntos en una nueva historia que pueda liberarnos de él.

Y plantea las siguientes preguntas:

  1. ¿Qué pasaría si sustituyéramos las palabras “bien” y “mal” por “mejor” y “peor”?
  2. ¿Quién podría estar en contra de que las cosas fueran mejores?

Desde su punto de vista, un simple replanteamiento hace que la historia sea sobre el futuro que queremos.

Y propone imaginar que somos capaces de hacerlo de manera que todo el mundo se sienta incluido en el resultado. Esto, en lugar de sentirse excluido, pasado por alto u olvidado.

También piensa que no es tan sencillo crear nuevos puestos de trabajo que sean respetuosos con el medioambiente. Pero argumenta que, para salir de nuestra inacción, tenemos que encontrar un lugar en el que podamos empezar a estar del mismo lado.

“La versión que elijamos de nuestra historia del futuro depende de nosotros”, cita. Y deja claro que nos corresponde a todos contarla.

Y luego se hace un par de preguntas:

  1. ¿Pero será una historia en la que la mitad de nosotros tenga razón y la otra mitad esté equivocada?
  2. ¿O será una historia que nos deje a todos en una mejor situación?

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