Incierta la tecnología para la captura de carbono

Los especialistas en medio ambiente consideran que hay altas posibilidades de no alcanzar las metas trazadas para detener el calentamiento global, a pesar de las restricciones que se han impuesto a los generadores de emisiones de gases de efecto invernadero, por lo que hoy día se estudian diversas tecnologías para combatir el fenómeno climático.

Estudios revelan que, aunque se logrará reducir a la mitad de las emisiones hasta 2030, se necesitarán tecnologías para eliminar CO2 del aire y los océanos, para este fin se emplea la bioenergía, un proceso tecnológico que captura y almacena carbono (BECCS), sin embargo, tiene limitaciones y no se ha probado a gran escala.

Este proceso consiste en quemar biomasa para crear energía con la posterior captura de las emisiones de carbono resultantes, las cuales se bombean a gran profundidad almacenándose permanentemente en depósitos naturales.

Quienes apuestan por este proceso, destacan que los árboles y otros materiales eliminan de forma natural el CO2 del aire, por lo que aseguran que si se plantan y procesan bosques y cultivos con este objetivo se podría capturar aún más carbono y acabar reduciendo su nivel en la atmósfera.

Otro método consiste en extraer directamente del aire el CO2, al utilizar filtros y productos químicos para después almacenarlos, pero el proceso consume más energía y su costo es mucho más elevado, sin embargo, consideran que estos procedimientos de captura y almacenamiento de carbón, podría ayudar a reducir las emisiones de industrias caracterizadas por su capacidad de generar gases de efecto invernadero, como lo es la industria cementera, la siderurgia, la aviación y el transporte marítimo.

No todos están de acuerdo

Quienes se oponen a la bioenergía señalan que el sistema tiene graves inconvenientes, entre ellos los costos sociales, económicos y medioambientales. La ONG Fern, la considera una falsa promesa para distraer de la meta de dejar de quemar combustibles fósiles y proteger y restaurar los bosques, los suelos y otros ecosistemas. 

La ONG asegura que además de la gran energía que se requiere en el proceso se filtra tanto dióxido de carbono por lo que ni siquiera se podría lograr cero emisiones. Y agregó que la eficacia del sistema dependería de la elección de la biomasa, de los cambios en el uso de la tierra y de las emisiones indirectas relacionadas con el transporte, el cultivo, la cosecha de la biomasa y del propio proceso de captura y almacenamiento del CO2.

Además, los analistas consideran que el uso de la tierra requerida para cultivar la cantidad de vegetales que se necesitan para este fin le restarían espacio para los cultivos destinados a la alimentación. 

La ONG cita un estudio publicado en la revista Nature Climate Change, donde se asegura que, para mantener el calentamiento global por debajo de los 2 grados centígrados, es necesario un campo de cultivo del tamaño de la India para obtener suficiente biomasa.

Aunque la captura de CO2 por medio de biomasa no es la única tecnología que existe. Actualmente se trabaja en Europa en un dispositivo que actúa de forma parecida a un filtro de aire y puede instalarse en una planta industrial o un centro de procesamiento de datos para absorber CO2 directamente de la atmósfera.