Industria farmacéutica camina con los ODS
Escrito por Rodrigo Manrique Gómez Pimienta - Director Ejecutivo de IASE México |
La inserción de la industria farmacéutica es fundamental debido a que es por este sector que se han desarrollado en las últimas décadas los avances e innovación más notables.
En 1930 un mexicano vivía alrededor de 35 años, y en 2019 la esperanza de vida llegó hasta 75. En casi 100 años, esto ha sucedido principalmente debido al desarrollo de la industria farmacéutica mundial, y México no es la excepción. Ahora somos seres humanos mucho más longevos y sanos.
Como ya es sabido, las naciones del mundo han reconocido la emergencia sin precedentes que suponen las amenzas de la crisis climática, y a la vez han mostrado la preocupación e interés por revertir o mitigar sus efectos, muchos de los cuales ya están ocurriendo.
Para lograrlo, en 2015 los líderes del mundo realizaron una ambiciosa pero necesaria agenda llamada Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS); son 17 y sirven para englobar todo aquello que debemos mejorar como humanidad para que nuestra civilización alcance una vida próspera y logremos conservar el planeta.
En este sentido y contexto, la inserción de la industria farmacéutica dentro de esta agenda es fundamental debido a que es por este sector que se han desarrollado en las últimas décadas los avances e innovación más notables. Por ejemplo, en África se redujo el sarampión en 80 porciento, entre el 2000 y 2014, debido al desarrollo de la vacuna. En 2020 la investigación de medicamentos contra el cáncer, inmunología, neurología o enfermedades infecciosas alcanzó varios miles de fármacos, que representa 5.5 millones de empleos en todo el mundo.
En México la Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica (AMIIF) está comprometida con por lo menos cinco ODS que son el Fin de la pobreza (1), Salud y bienestar (3), Trabajo decente y crecimiento económico (8), Industria, innovación e infraestructuras (9) así como el de Alianzas para lograr objetivos (17).
Esta industria engloba en su operación múltiples metas de los ODS, de ahí su importancia no sólo para la salud mundial sino para que en sus procesos se busque la responsabilidad social, la equidad de género, el trabajo justo, el respeto y procuración de derechos humanos, la transferencia de tecnología —de hecho el 3.3 del ODS 3 incluye el desarrollo y encuentro de vacunas y tratamientos para el VIH o hepatitis C, mientras que el 3.b se refiere a la investigación, desarrollo de vacunas y medicamentos—, así como el manejo de residuos, reforestación y un largo etcétera.
Vamos a decir que en esencia se trata de operar bajo los criterios de medio ambiente, el ámbito social y de gobierno corporativo (ESG).
Se estima que para 2050 seremos 9.8 mil millones de habitantes en el planeta y 11.2 para el final del siglo. Para tener una vida próspera necesitaremos un enorme desarrollo sostenible para obtener agua, alimentos y energía. El reto para que este crecimiento se ha mantenido (sostenible) y es enorme; sin embargo, veo con muy buenos ojos que en lo que toca a la industria farmacéutica se está haciendo mucho y México no se está quedando atrás en este ámbito. Una muy buena noticia en una industria de la que tanto dependemos, siempre, ahora y en el futuro.