Justicia ambiental y los valores empresariales

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Por: Octavio Ruiz Méndez, Jurista en derecho y justicia ambiental Hans Kelsen definía la justicia […]

Justicia ambiental

Por: Octavio Ruiz Méndez, Jurista en derecho y justicia ambiental

Hans Kelsen definía la justicia como (1953): “Una característica más de un orden social. Sólo secundariamente, una virtud del hombre; pues un hombre es justo cuando su conducta concuerda con un orden que es considerado justo. Pero, ¿cuándo un orden es justo? Cuando regula la conducta de los hombres de una manera tal que a todos satisface y a todos permite alcanzar la felicidad.

La aspiración de justicia es la eterna aspiración del hombre a la felicidad; al no poder encontrarla como individuo aislado, busca el hombre esta felicidad en la sociedad. La justicia es la felicidad social, es la felicidad que el orden social garantiza. En este sentido, identifica Platón la justicia con la felicidad cuando afirma que sólo el justo es feliz y el injusto desgraciado”.

Es, por tanto, uno de los bienes más preciados por la sociedad y uno de los valores morales imprescindibles para el orden y el respeto, pues sencillamente no habría cabida para la evolución humana si se dejara de lado a la justicia. Pero, qué difícil resulta a veces dirimir lo que es justo sin caer en lo utópico, más complicado aun, encontrar un balance en su aplicación.

La justicia ambiental tiene como objetivo lograr el equilibrio entre el actuar del hombre bajo un contexto de protección de los recursos naturales, al entorno y a una visión sostenible. Son bases importantes y se enfocan en hacer valer este derecho a gozar de un ambiente sano para la colectividad.

Hay muchas leyes para regular conductas del ser humano y regulaciones con enfoques y principios preventivos para las empresas, las cuales   tienen la obligación de restablecer o mantener el orden mediante acciones en pro del ambiente, no sólo con el propósito de obtener justicia, sino también de fomentar la paz de forma simple, sin imponer abruptamente conductas, sino más bien, con entendimiento del porqué debe ser así́, aplicando en sus políticas internas principios y ética ambiental. 

Si bien ha sido paulatino, nos hemos adaptado a nuevos sistemas y optamos por crear otros más que logren integrar máximas universales sin afectar el libre pensamiento de cada núcleo social, para aprender a ser tolerantes y libres. Se pretende educar a las nuevas generaciones con un enfoque algo distinto al tradicional: entender la pluriculturalidad, desarrollar la inteligencia emocional, construir conocimientos con un enfoque multidisciplinario y, sobre todo, ser capaces de vivir de tal forma que se logre eliminar pacíficamente aquellas acciones que proliferaban conflictos entre los involucrados, teniendo como fin principal vivir mejor.