La tala ilegal amenaza los bosques de la Ciudad de México 

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Escrito por verdes |

A pesar de los intentos de reforestación y la prohibición absoluta de la tala en […]

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A pesar de los intentos de reforestación y la prohibición absoluta de la tala en los bosques de la Ciudad de México, la actividad ilegal de tala sigue siendo una amenaza creciente. La ciudad, que cuenta con más del 20 por ciento de su territorio designado como Áreas Naturales Protegidas, enfrenta un problema grave de tala ilegal que ha sido vinculado en parte al crimen organizado y que se ha intensificado en los últimos años.

El gobierno de la Ciudad de México ha iniciado operativos conjuntos con las Fuerzas Armadas y otras instituciones para combatir este problema y ha incrementado los esfuerzos de reforestación. Sin embargo, la tala sigue siendo un problema grave y solo un pequeño porcentaje de los árboles reforestados logrará crecer, lo que retrasará la recuperación de los bosques.

La ciudad ha perdido un gran número de hectáreas de bosque en los últimos años, según datos de Global Forest Watch, en 2022 se perdieron 49 hectáreas de bosque, más que en los cuatro años anteriores juntos. Además, las denuncias por tala ilegal han aumentado, con 122 denuncias registradas desde 2013, 62 de ellas en los primeros siete meses de este año.

Según los informes, las alcaldías con bosques abundantes han identificado al menos 41 zonas afectadas por la tala clandestina en la Ciudad de México, donde más del 50 por ciento de su territorio es suelo de conservación. Las alcaldías afectadas incluyen Cuajimalpa, Xochimilco, Tlalpan, Magdalena Contreras, Álvaro Obregón y Milpa Alta.

En el caso de Tlalpan, que tiene la mayor superficie, la lista de las zonas afectadas por la tala es mayor, principalmente en Santo Tomás Ajusco, San Miguel Ajusco y San Miguel Topilejo.

Mano dura contra la tala

La tala ilegal en la Ciudad de México es un problema complejo que involucra diversos intereses, incluidos los inmobiliarios y del crimen organizado. A medida que se han intensificado los operativos en otros delitos como el robo de combustible, algunos delincuentes han migrado a la tala ilegal.

El jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Martí Batres, ha anunciado esfuerzos para desmantelar aserraderos clandestinos, así como para identificar grupos criminales involucrados en este delito. Además, se están considerando reformas a las leyes locales para castigar más severamente a los delincuentes.

Sin embargo, los taladores ilegales han respondido de manera violenta, quemando camiones de brigadistas y rociando con gasolina a militares que participan en los operativos. La población local también se enfrenta al temor de represalias por parte de los taladores.

En este escenario se han tomando varias medidas para combatir el problema, como es la presencia de la Guardia Nacional, la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC CDMX), la Fiscalía General de Justicia (FGJ CDMX) y, si es necesario, la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena), ya que la tala ilícita es un delito federal.

Además la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) implementa a nivel nacional el Programa de Combate a la Tala Clandestina, en las delegaciones en los Estados, buscando privilegiar acciones que permitan obtener resultados cualitativos y de alto impacto en las zonas críticas forestales.

Sin embargo, a pesar de los esfuerzos, la tala clandestina sigue siendo un negocio muy lucrativo para los delincuentes. Según el informe Justicia para los Bosques del Banco Mundial, la tala ilegal genera ganancias anuales de entre 10,000 y 15,000 millones de dólares a nivel global.