La viabilidad de las enzimas, una posible solución para los desechos plásticos

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Escrito por verdes |

Las enzimas podrían ser la solución para descomponer parte de los desechos plásticos que se […]

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Las enzimas podrían ser la solución para descomponer parte de los desechos plásticos que se genera en el mundo. Sin embargo, algunos especialistas señalan que esta solución es poco viable debido a la alta cantidad de material que se debe procesar y al tiempo que se necesita para que las moléculas orgánicas hagan su trabajo.

El problema es grande, pues, de acuerdo con la segunda edición del Plastic Waste Makers Index, compilado por la asociación sin fines de lucro Minderoo Foundation, el mundo generó 139 millones de toneladas métricas de desechos plásticos de un sólo uso en 2021, lo que representa 6 millones de toneladas métricas más que en 2019, cuando se publicó el primer índice. 

A esto hay que añadir que las cifras de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) indican que, de todo ese material producido a nivel mundial, se recoge el 15% para su reciclaje, pero sólo 9 por ciento cumple con su cometido, dado que el 6 por ciento restante es eliminado como residuo. Otro 19 por ciento se incinera, el 50 por ciento se usa como relleno sanitario y el 22 por ciento elude los sistemas de gestión de residuos y va a parar a rellenos sanitarios no controlados, se quema en fosas abiertas o acaba en entornos terrestres o acuáticos, especialmente en los países más pobres. 

Los obstáculos de las enzimas

Al hablar de la posibilidad de resolver el problema con encimas, el profesor asociado del Instituto de Ingeniería Biológica y Médica de la Pontificia Universidad Católica de Chile, César Ramírez-Sarmiento, ha advertido que es difícil acabar con los residuos de plástico mediante estas moléculas orgánicas, pues, a pesar de los avances en la investigación y desarrollo de tecnologías enzimáticas para descomponer el plástico, aún persisten desafíos significativos.

El plástico es un problema ambiental global debido a su persistencia en el medioambiente y a su impacto negativo en los ecosistemas terrestres y acuáticos. En los últimos años, se ha investigado el uso de enzimas para descomponerlo y acelerar su degradación natural. Sin embargo, según el académico, los resultados hasta ahora no han sido tan prometedores como se esperaba.

Una de las dificultades radica en la complejidad química de los plásticos. Existen diversos tipos de polímeros plásticos con distintas estructuras y propiedades, lo que dificulta la acción efectiva de las enzimas para descomponerlos por completo. Además, los plásticos suelen contener aditivos y otros compuestos químicos que pueden interferir con la acción de las moléculas orgánicas.

Los desafíos

Otro desafío es la falta de enzimas adecuadas y eficientes para descomponer los diferentes tipos de plástico. Aunque se han identificado enzimas con cierta actividad frente a algunos polímeros, su eficacia aún es limitada y se requiere más investigación para mejorar su rendimiento.

Además, la degradación del plástico mediante enzimas puede requerir condiciones específicas de temperatura, pH y tiempo de reacción, lo que dificulta su aplicación a gran escala y en diferentes entornos. La implementación de estas tecnologías también implica desafíos logísticos y económicos, lo que limita su viabilidad a gran escala.

A pesar de estos problemas, el profesor Ramírez-Sarmiento destaca la importancia de continuar investigando y desarrollando tecnologías enzimáticas para abordar la crisis de los residuos plásticos. Aunque la solución completa puede llevar tiempo, opina que se requiere un enfoque integral que combine la reducción en el uso de plásticos, el reciclaje y la búsqueda de alternativas más sostenibles.