Las tres tendencias ambientales que marcarán el 2025

Manuel Pineda Curiel

Escrito por Manuel Pineda Curiel |

El 2025 se perfila como un año crucial para la lucha contra el cambio climático […]

El 2025 se perfila como un año crucial para la lucha contra el cambio climático y la transición hacia un modelo más sostenible. En un contexto de fenómenos climáticos extremos cada vez más frecuentes y una creciente presión social por soluciones concretas, tres tendencias dominan la agenda ambiental global: la aceleración de la descarbonización, la revolución de la economía circular y el auge de la inteligencia artificial aplicada a la sostenibilidad.

La descarbonización se ha convertido en una prioridad ineludible para gobiernos y empresas. Según el informe más reciente de la Agencia Internacional de Energía (AIE), las emisiones globales de CO2 alcanzaron un récord en 2023, superando los 36.8 gigatoneladas. Sin embargo, 2025 marcará un punto de inflexión con un crecimiento exponencial en la inversión en energías renovables.

China y la Unión Europea lideran este esfuerzo, con compromisos de aumentar en un 40 por ciento su capacidad de generación solar y eólica, mientras que Estados Unidos destinará más de 400 mil millones de dólares a la transición energética bajo la Ley de Reducción de la Inflación. Además, se espera que la captura y almacenamiento de carbono (CAC) pase de ser una tecnología experimental a una solución viable, con más de 200 proyectos en desarrollo en todo el mundo.

En paralelo, la economía circular está experimentando una transformación sin precedentes. Un estudio del Foro Económico Mundial estima que, si se adoptaran plenamente modelos circulares en sectores clave como la moda, la construcción y la electrónica, las emisiones de carbono podrían reducirse en un 39 por ciento para 2030. Grandes corporaciones como Apple, IKEA y Unilever han anunciado estrategias ambiciosas para alcanzar el “residuo cero” en sus cadenas de suministro, y se prevé que en 2025 más del 70 por ciento de las empresas del Fortune 500 integren principios circulares en sus operaciones.

A nivel regulatorio, la Unión Europea ha endurecido sus normativas sobre el reciclaje de plásticos, prohibiendo el uso de microplásticos en cosméticos y textiles, mientras que países como Canadá y Japón avanzan hacia legislaciones que obligan a las empresas a rediseñar productos para maximizar su reutilización.

Finalmente, la inteligencia artificial (IA) se ha convertido en un aliado clave en la lucha contra el cambio climático. En 2025, su aplicación en la gestión de recursos naturales, la optimización energética y la predicción de desastres climáticos alcanzará un nivel sin precedentes. Un informe de PwC calcula que la IA podría contribuir con una reducción de hasta 2.4 gigatoneladas de CO2 para 2030, optimizando el consumo energético en industrias como la manufactura y el transporte.

Empresas emergentes están desarrollando algoritmos capaces de monitorear la deforestación en tiempo real mediante imágenes satelitales, mientras que los modelos predictivos impulsados por IA están mejorando la precisión en la detección de huracanes, olas de calor y sequías. En el sector agrícola, el uso de inteligencia artificial está permitiendo reducir en un 30 por ciento el uso de fertilizantes y pesticidas, disminuyendo su impacto ambiental sin comprometer la productividad.

El 2025 marcará un año decisivo en la transformación de nuestra relación con el planeta. La combinación de avances tecnológicos, políticas ambientales más estrictas y un cambio de mentalidad en consumidores y empresas sugiere que estas tendencias no solo se consolidarán, sino que definirán el futuro de la sostenibilidad en las próximas décadas.