Metas insuficientes en los plazos de la ENME

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Por: Fernanda Ramírez, Directora General de Comunicación SPREAD En las últimas semanas se ha hablado […]

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Por: Fernanda Ramírez, Directora General de Comunicación SPREAD

En las últimas semanas se ha hablado mucho sobre la Estrategia Nacional de Movilidad Eléctrica (ENME) elaborada por la Secretaría del Medio Ambiente, y entre las conclusiones a las que se puede llegar es que los plazos marcados son insuficientes y, peor aún, las metas planteadas son irreales para la realidad mexicana.

El anteproyecto que se encuentra en proceso de revisión ante la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria (Comener) estipula, entre otras cosas, que para el 2030 el 50 por ciento de los vehículos que se vendan en el país sean híbridos conectables o eléctricos; mientras que para el 2050 se fija que el 100 por ciento de los coches nuevos comercializados en el país sean eléctricos.

Dichos plazos son simplemente una referencia de los compromisos establecidos internacionalmente por países mucho más avanzados en materia de electromovilidad que México. Es otras palabras, no se corresponden con nuestra realidad, ni las necesidades que el planeta requiere.

En los últimos tres meses hemos visto cómo semana tras semana se registran récords de temperatura en las latitudes norte del mundo. Es una alarma que nos dice que empresas y consumidores no podemos esperar siete o 27 años para cumplir metas significativas en materia de reducción, o eliminación, de los gases de efecto invernadero.

La ENME simplemente copia plazos sin tomar en cuenta lo drásticos de los cambios que se han dado en el clima en los últimos años. Pero tampoco evalúa el contexto mexicano.

En primer lugar, la ENME no incluye a los vehículos híbridos eléctricos, a pesar de que éstos representan más del 85 por ciento de la demanda de las unidades eléctricas e híbridas en el país. En la actualidad estos coches ofrecen la mejor alternativa para reducir de manera significativa las emisiones de gases de efecto invernadero en México, pero no forman parte de la estrategia.

La ENME apunta a las unidades híbridas conectables y las totalmente eléctricas. Para poner la realidad en perspectiva, durante el 2022 las ventas de vehículos eléctricos e híbridos representaron 4.7 por ciento del total de autos comercializados en el país; y sólo el 15 por ciento de dicho total fueron eléctricos o híbridos conectables.

De acuerdo con datos de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) arrojan que entre el 2020 y 2022 en el país sólo se vendieron 17,156 autos eléctricos o híbridos conectables. El total de ventas de vehículos en dicho lapso superó 2 millones de unidades.

Es decir, la Secretaría de Medio Ambiente estipula que las ventas pasen de alrededor de 5 mil unidades anuales, a aproximadamente 500 mil unidades eléctricas o híbridas conectables para el 2030. Esto significa que México tendría que alcanzar en siete años lo mismo que logró Noruega en 30 años, con una estrategia de incentivos y desarrollo de infraestructura de electromovilidad.

Y es en este último punto donde más flaquea la ENME: la falta de infraestructura. Desde la industria automotriz aseguran que cuentan con la tecnología para promover la electrificación, pero en el país no existe la certeza jurídica ni incentivos para que éstas se puedan desarrollar y acercar a la realidad las metas establecidas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero desde el lado de la movilidad.