México: líder de la agricultura protegida

Manuel Pineda Curiel

Escrito por Manuel Pineda Curiel |

México es el país de América Latina más avanzado en agricultura protegida, técnica que permite […]

agricultura protegida

México es el país de América Latina más avanzado en agricultura protegida, técnica que permite cultivar con menores desperdicios de recursos como el agua.

El escenario: de acuerdo con los datos más recientes del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), la sequía afecta a casi 75 por ciento del país, lo que impacta considerablemente en la calidad y la cantidad de las cosechas. Ante este escenario, la agricultura protegida se convierte una pieza clave para rescatar al campo.

Esta técnica se caracteriza por el resguardo de los cultivos mediante el uso de cubiertas plásticas, mallas sombra u otros materiales similares, lo que posibilita un control preciso de condiciones ambientales como la temperatura, la humedad y la luz.

Entre sus beneficios están: ahorro de agua, generación de empleos, mayor disponibilidad de alimentos, productos de mayor calidad, mejor control de la producción y la oportunidad de cultivar productos fuera de sus respectivas temporadas.

Ante el escenario de sequía, Homero Ontiveros, especialista en agricultura protegida y vocero de GreenTech Américas, indica que esta manera de cultivar podría dar respuesta a la escasez hídrica, a través de la implementación de tecnologías de riego y monitoreo en tiempo real de la humedad del suelo, además de la creación de sistemas alternos de captación de agua.
 
Explica que por medio de técnicas de hidroponía y cultivos en invernaderos es posible dar respuesta eficaz a los factores climáticos, incluyendo la sequía. Y menciona que, a través de un cultivo por goteo, un kilogramo de lechuga consume sólo 30 litros de agua, contra 250 litros que se emplean bajo técnicas convencionales.

Ontiveros puntualiza que con esta técnica agrícola se puede ahorrar hasta 85 por ciento del agua que se utiliza comúnmente en la agricultura tradicional, debido a que el riego se hace por goteo, directamente a la raíz de la planta y con la cantidad exacta que se necesita.

Además, ahonda en que este sistema de producción permite controlar factores ambientales como luz, temperatura, viento, granizo y plagas, pues en este método los cultivos se encuentran resguardados con cubiertas plásticas. A esto hay que agregar que, al tener estas condiciones controladas, también es posible aumentar la producción hasta cinco veces en comparación con los cultivos tradicionales.

El especialista asegura que en los próximos años se verá un aumento en el uso de tecnologías como la inteligencia artificial (IA) o la recopilación de datos, a través de sistemas computacionales muy avanzados en el análisis de las condiciones del clima y del suelo, lo que permitirá a los agricultores ser más eficientes.

“México es la punta de lanza en Latinoamérica en cuanto a esta tecnología, con más de 25 años implementándola y, en este momento, con menos personas interesadas en trabajar en el campo y mucha rotación de personal, la tecnología va a ser cada vez más importante para optimizar los procesos”, opina.

Cabe señalar que, de acuerdo con datos de Sader, en 2021 México registró 47,795 hectáreas de superficie sembrada bajo cubierta para la producción de hortalizas, frutales y ornamentales. La tecnología más utilizada es la malla sombra, con 44 por ciento de dicha superficie, seguida del invernadero, con 31 por ciento, y el macrotúnel, con 25 por ciento.

Escenario alentador

La agricultura protegida en México tiene perspectivas prometedoras. De acuerdo con datos de Sedar, el país produce alrededor de 39 millones de toneladas anuales con un valor de 39,000 millones de pesos. También se ha convertido en un gran exportador: en 2021 las ventas ascendieron a 5.8 millones de toneladas, con un valor de 7,843.2 millones de dólares. Algunas naciones como Países Bajos han mostrado interés en la agricultura protegida en México, debido a su experiencia en este campo y a la necesidad de enfrentar desafíos climáticos.

Pero hay algo importante que comenta Homero Ontiveros y que deja como reflexión: se puede contar con la mejor tecnología, se pueden hacer los mejores esfuerzos para llevar a cabo este tipo de agricultura, pero hace falta que los antiguos agricultores y las generaciones actuales se interesen y se involucren en esta actividad, pues esta conexión es necesaria para que todo sea un círculo virtuoso.

Y deja un dato positivo: las universidades están muy involucradas en este tema y están generando excelentes profesionales que serán los encargados de liderar esta industria, aunque menciona que falta que el Gobierno federal se involucre mucho más, así como educar a la población en general en el cuidado de los recursos, para así enfrentar los retos que depara el cambio climático.