Nutrición: clave en el desarrollo laboral

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Un empleado mal alimentado no puede cumplir con sus actividades de manera adecuada y eso […]

Un empleado mal alimentado no puede cumplir con sus actividades de manera adecuada y eso afecta en las metas de los grupos de trabajo.

Por: Claris González Monreal, Fundadora de la consultora SM Global especializada en Reputación Corporativa y Comunicación Estratégica.

¿Cuántas veces nos hemos sentido cansados, irritables, con pocas ganas de trabajar? Esto puede deverse a una mala alimentación. Los problemas de alimentación pueden ocasionar algunos síntomas físicos como cansancio excesivo, falta de reflejos, desinterés en el desarrollo de las actividades, alta irritabilidad, depresión, dolores corporales; además de bajo rendimiento. Esto provoca ausentismo, incapacidades, baja productividad, además de incrementar los costos en temas salud en la empresa y en el país. 

Datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos afirman que para el 2030 el 40 por ciento de la población adulta tendrá problemas de obesidad y que de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI, 2020): La obesidad causa más de 300 mil muertes al año en México, de estas, más de 100 mil son por diabetes y más de 200 mil por enfermedades cardiovasculares.

Esta situación se refleja de manera directa en la calidad de vida de nuestros colaboradores y con ello, en la productividad. Un empleado mal alimentado no puede cumplir con sus actividades de manera adecuada y eso afecta en las metas de los grupos de trabajo. Por ello es importante que las organizaciones tomen en cuenta que el bienestar de los trabajadores incluye también una alimentación adecuada, la cual debe ser balanceada tanto en nutrientes, como en cantidades y horarios establecidos.

La responsabilidad social de las organizaciones no se basa únicamente en realizar acciones hacia la población en general. Primero se deben realizar acciones al interior y buscar el bienestar integral de nuestros colaboradores, para así poder alcanzar las metas comerciales que las empresas tienen. Cuidar a nuestros colaboradores es cuidar a nuestra empresa.

Es por ello, desde hace varias décadas organismos internacionales recomiendan a las empresas otorgar una oferta alimenticia adecuada a sus colaboradores, principalmente con la implementación de comedores industriales-empresariales que puedan ofrecerles a las personas alimentos balanceados, sanos y en cantidades adecuadas. Pues, el no contar con estos apoyos orilla a que se presenten diversas situaciones como omitir comidas, comer tarde, comer de prisa; así como la falta de condiciones salubres en los lugares de consumo, rotación de turnos, falta de dinero, entre otros, que dificulta la elección adecuada de alimentación. 

Instituciones a nivel nacional han hecho diferentes campañas para concientizar a los empleadores sobre la importancia de atender las necesidades nutricionales de sus trabajadores. Para ello, se han realizado diferentes jornadas, talleres y consultorías que orientan sobre la manera en la que pueden apoyar el bienestar integral. Por ejemplo, en la Asociación Nacional de Bienestar Organizacional A.C. (ASCEND) se otorgan consultorías para determinar el estatus actual de los trabajadores en temas de nutrición (diagnóstico), una vez que se tenga la radiografía se podrán implementar programas específicos para concientizar a los trabajadores y sus familias sobre la importancia de una dieta balanceada; y así ayudar a las organizaciones para generar ambientes de trabajo sanos y productivos.

La directora de ASCEND, Irasema González, declaró hace algunos meses que “no debemos olvidar que la alimentación está directamente relacionada con la productividad. En la actualidad, la mala alimentación ha desencadenado un aumento en las enfermedades crónicas, en especial obesidad, que se refleja en disminución de la capacidad productiva de los trabajadores. Por ello, es importante que las empresas fortalezcan la política de responsabilidad social con acciones que promuevan y aseguren el bienestar integral de los trabajadores, siendo la alimentación una de las dinámicas centrales.”

El sector tiene la obligación de desarrollar políticas de bienestar que van desde la promoción de adecuados hábitos alimenticios hasta ofrecer a sus colaboradores una dieta balanceada en el lugar de trabajo. Esto, además, se reflejará en la mejora en la calidad de vida de los trabajadores, y con ello, un mejor desarrollo en las actividades laborales, evitando incapacidades y ausentismo.

Promover una nutrición adecuada debe formar parte de la cultura empresarial y de las actividades de responsabilidad social de las organizaciones, especialmente, en países como el nuestro en donde aún no se encuentra con políticas públicas adecuadas que determinen el manejo del desarrollo integral de los centros de trabajo. Las empresas en conjunto con las situaciones gubernamentales como la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) deberán tomar en cuenta los factores de riesgo que tiene un trabajador dentro y fuera de su área laboral y promover acciones que favorezcan su crecimiento y bienestar integral.