Parques eólicos marinos, una oportunidad por explorar en México

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Por: Sebastián Del Cueto, Analista Senior en Energía Limpia y Sustentabilidad La energía eólica marina […]

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Por: Sebastián Del Cueto, Analista Senior en Energía Limpia y Sustentabilidad

La energía eólica marina es renovable, no contamina, y en lugares como Europa ha demostrado que puede mejorar la autosuficiencia energética y generar empleos calificados. Un caso de éxito es el de Reino Unido, país que se ha convertido en el líder y principal promotor de esta tecnología.

El apoyo del gobierno británico, programas conjuntos entre la industria y diversas organizaciones (como lo hace Carbon Trust), así como la implementación a gran escala, han reducido los costos a tal punto de que es posible financiar algunos de estos parques eólicos en el mar sin necesidad de subsidios. Esta tecnología será clave en la transición energética para descarbonizar al país y alcanzar sus metas climáticas al 2050.

Por su parte, México aún no ha considerado esta tecnología en su estrategia para reducir emisiones del sector eléctrico. Además de tener un gran potencial de generación con energía renovable en tierra, nuestro país también cuenta con potencial de energía eólica en el mar.

De acuerdo con el Banco Mundial y Energy Sector Management Assistance Program (ESMAP), el potencial técnico estimado de la energía eólica marina fija y flotante en México en términos de la potencia instalada en MW hasta 200 km de distancia de la costa es de hasta 869 GW, 10 veces más que toda la capacidad instalada de generación a nivel nacional; al 31 de diciembre de 2020, la capacidad instalada de centrales eléctricas en el país era de 83.1 GW.

De las 4 áreas marítimas principales donde sería técnicamente factible instalar turbinas eólicas, la de mayor interés es la de la costa del Golfo de México que abarca los estados de Tabasco, Campeche y Yucatán. Estas costas son tradicionalmente petroleras, lo cual es una semejanza que comparte con la costa de Gran Bretaña y el mar del Norte, donde ya se han instalado una gran cantidad de aerogeneradores.

La península de Yucatán tiene un gran potencial de generación renovable que contrasta con un suministro eléctrico irregular que caracteriza a esta zona. Añadir mayor capacidad de energía limpia es crítico para mejorar la seguridad, equidad y sustentabilidad de la electricidad en la región.

Sin embargo, el desarrollo de proyectos a gran escala ha enfrentado conflictos sociales y ambientales que en muchas ocasiones han obligado a modificar o cancelar estos proyectos; como la resistencia de las comunidades o el hallazgo de restos arqueológicos. La respuesta para tener energía limpia y asequible de forma regular y evitando los obstáculos actuales podría estar en sus mares.

En general, las ventajas de los parques eólicos en el mar son: mayor generación de energía debido a los vientos más fuertes, menor fatiga mecánica debido a una menor turbulencia, menor impacto visual, acústico, y considerando el área disponible, proyectos más grandes financiados gracias a las economías de escala.

Sin embargo, presenta algunas desventajas quue incluyen: mayores costos de instalación, son menos accesibles para mantenimiento (Al estar los aerogeneradores en el mar, si se descompone uno es más difícil acceder a repararlo que si estuvieran en tierra), mayor potencial de corrosión, así como un mayor riesgo económico. Y en el caso de las costas mexicanas, los huracanes pueden generar un reto adicional a las tecnologías ya probadas en el mar de Norte.

Para su implementación, es importante considerar que las habilidades y conocimientos de construcción para el sector petrolero pueden ser aplicados también para la construcción de proyectos eólicos marinos. Por ejemplo, tanto plataformas petroleras como aerogeneradores marinos comparten los cimientos tipo “jacket” con los que se fijan al suelo marino.

Un fenómeno que sucede actualmente en Gran Bretaña y los países nórdicos es que muchos profesionales del sector petrolero han tenido que capacitarse para trabajar en el sector eólico haciendo uso de las competencias adquiridas en las plataformas a mar abierto. Este cambio en el mercado laboral, con las políticas e incentivos adecuados, también podría darse eventualmente en México, tomando especialmente en consideración la evolución actual del sector energético global ante el reto climático actual.

El desarrollo de esta industria que genera electricidad del viento en el mar libre de emisiones de CO2 va a depender en primer lugar de los esfuerzos realizados a nivel nacional. Al ser una plataforma de energía nueva en el país, aún no existe un marco regulatorio que contemple la asignación de zonas marítimas para generación de electricidad (a diferencia de las rondas petroleras).

Una vez que se defina la política en este tema, vendrán los retos económicos, íntimamente relacionados con el mercado eléctrico mexicano y los incentivos que se ofrezcan para reducir la incertidumbre de los inversionistas, como los contratos por diferencia británicos o subastas de largo plazo con las que ya se cuenta experiencia en territorio nacional.

A pesar de que el potencial técnico de este tipo de proyectos fijados al suelo marino supera los 400 GW y de todos los beneficios que podrían generar, dadas las limitantes actuales es poco probable ver uno de estos proyectos construidos para esta década en México.

Pero, si eventualmente se detona la industria de la energía eólica en los mares mexicanos, Carbon Trust puede aportar su experiencia replicando un programa colaborativo de innovación y desarrollo que se estima contribuyó a la reducción del 15 por ciento del costo de la energía para un proyecto eólico marino en promedio.

Acelerando el desarrollo de nuevas tecnologías, fortaleciendo las capacidades técnicas y trabajando en conjunto con la industria se podría hacer de la energía eólica marina una propuesta comercial viable para México en un futuro no tan lejano. Solo hace falta decisión y tomar acciones para ir por ello.