Reino Unido otorga nuevas licencias para la producción de petróleo y gas

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El gobierno británico ha anunciado su intención de conceder cientos de nuevas licencias de explotación […]

Petroleo

El gobierno británico ha anunciado su intención de conceder cientos de nuevas licencias de explotación de petróleo y gas en el mar del Norte, con el objetivo de reducir su dependencia de los combustibles fósiles importados, especialmente de Rusia. El primer ministro, Rishi Sunak, ha defendido esta medida para ser más independientes energéticamente, para bajar los precios de la energía y para impulsar el crecimiento económico.

La decisión ha generado una fuerte controversia, ya que contradice las recomendaciones de las Naciones Unidas para detener el desarrollo de nuevos proyectos relacionados con los combustibles fósiles, que son los principales responsables del cambio climático. Varios grupos ecologistas, como Greenpeace, han criticado duramente a Sunak, acusándolo de retroceder en las políticas climáticas y de poner en riesgo la seguridad energética, el costo de la vida y el clima al depender de los combustibles fósiles.

El Reino Unido se ha comprometido a alcanzar la emisión cero para el año 2050, pero Sunak ha argumentado que incluso cumpliendo ese objetivo, una cuarta parte de las necesidades energéticas del país procederán del petróleo y el gas, por lo que lo más conveniente es aprovechar al máximo los recursos propios. Según el primer ministro, esta estrategia permitirá al Reino Unido hacer frente a las posibles amenazas o manipulaciones del suministro mundial de energía por parte de países como Rusia, que ha utilizado el gas como un arma política en varias ocasiones.

Crisis energética

La medida anunciada por el gobierno británico se produce en un contexto de crisis energética global, provocada por la escasez de oferta, la alta demanda y los efectos de la pandemia. El precio del gas natural ha alcanzado niveles récord en Europa, lo que ha disparado las facturas de los hogares y las empresas, y ha puesto en riesgo el suministro eléctrico en algunos países. El Reino Unido ha sido uno de los más afectados por esta situación, debido a su baja capacidad de almacenamiento de gas y a su dependencia de las importaciones.

El gobierno británico espera que las nuevas concesiones para la explotación de petróleo y gas en el mar del Norte contribuyan a aliviar la crisis actual y a garantizar la transición hacia una economía más verde y sostenible. Sin embargo, esta apuesta por los combustibles fósiles también plantea numerosos desafíos y riesgos, tanto ambientales como geopolíticos, que podrían comprometer el futuro del planeta y del propio Reino Unido.