Seis árboles detienen proyecto minero canadiense

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Escrito por verdes |

Un proyecto de minería de tierras raras, que podría generar millones de dólares en ingresos […]

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Un proyecto de minería de tierras raras, que podría generar millones de dólares en ingresos y empleos, fue detenido por seis árboles en Penco, una comunidad de la región del Biobío, en Chile, donde una empresa canadiense pretendía extraer estos elementos químicos de alta demanda y valor.

El proyecto, Nueva Esperanza, consistía en la explotación de un yacimiento de tierras raras, que son un grupo de 17 metales que se usan en la fabricación de dispositivos electrónicos, imanes, baterías, turbinas eólicas y vehículos eléctricos, entre otros productos. Según la empresa, el proyecto requería una inversión de 130 millones de dólares y generaría 300 empleos directos y 900 indirectos.

Sin embargo, el proyecto no fue bien recibido por los habitantes de Penco, que se opusieron desde el principio por los posibles impactos ambientales y sociales que tendría la actividad minera en su territorio. Los vecinos denunciaron que el proyecto afectaría la calidad del agua, el suelo, el aire y la biodiversidad, además de generar ruido, vibraciones y riesgos para la salud humana. También cuestionaron que el proyecto se emplazara en una zona de alto valor patrimonial y cultural, donde se encuentran sitios arqueológicos y comunidades indígenas.

La empresa presentó un Estudio de Impacto Ambiental (EIA) en 2019, pero este fue rechazado por el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) por contener deficiencias e inconsistencias. La empresa volvió a presentar el estudio en 2020, pero se encontró con un obstáculo inesperado: seis árboles nativos que no habían sido identificados en el estudio.

Se trata de ejemplares de quillay, una especie protegida por la ley chilena y considerada vulnerable por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Estos árboles se ubican en el área donde la empresa planeaba construir una planta de procesamiento y una cancha de relaves. Según la normativa ambiental vigente, estos árboles no pueden ser talados ni trasplantados sin autorización previa.

Ante este hallazgo, el SEA solicitó a la empresa que modificara su proyecto para evitar afectar a los quillayes, lo que implicaba cambiar el diseño y la ubicación de las instalaciones. La empresa solicitó una prórroga para realizar los cambios, pero finalmente decidió retirar el proyecto del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA) el pasado 29 de noviembre, poco antes de que fuera sometido a votación por la Comisión de Evaluación Ambiental (CEA).

La empresa aseguró que se trata de una medida temporal y que trabaja en los cambios necesarios para volver a ingresar el proyecto al SEIA lo antes posible. Sin embargo, en Penco lo ven como algo definitivo y como un triunfo de la ciudadanía, que se movilizó durante años para impedir la instalación del proyecto minero.