¿Son posibles las ciudades de 15 minutos?

Karen Scarpetta

Escrito por Karen Scarpetta |

En las últimas décadas, las ciudades han enfrentado crecientes desafíos relacionados con la urbanización, el […]

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En las últimas décadas, las ciudades han enfrentado crecientes desafíos relacionados con la urbanización, el tráfico, la contaminación y la calidad de vida de sus habitantes, subrayando la necesidad de repensar cómo organizamos nuestras ciudades.

Hoy en día surgen dos modelos que buscan mejorar las zonas urbanas: las ciudades de 15 minutos y las ciudades 24/7. Plantean que todos los servicios, desde el trabajo hasta la educación, deberían estar accesibles a pie o en bicicleta en un radio de 15 minutos desde el hogar. También buscan asegurar la disponibilidad de los servicios para revitalizar áreas urbanas y aumentar la seguridad con la presencia continua de personas en las calles. 

En América Latina y México, la expansión urbana descontrolada y la desigualdad social dificultan la implementación de estos modelos. Aunque nuestras ciudades tienen un largo camino por recorrer, los espacios de trabajo flexibles pueden desempeñar un papel crucial en acercarnos a estos objetivos. 

Según WeWork y PageGroup, en México el 42 por ciento de las personas viaja entre 10 y 50 kilómetros al trabajo, con desplazamientos que suelen superar los 15 minutos, muchas veces, siendo horas. Existe entonces un reto en la calidad de vida urbana, por ende, ¿no deberíamos de repensar cómo organizamos nuestras ciudades para abordar estos problemas?

La realidad incide en nuestra eficiencia diaria. Por ejemplo, Ciudad de México sufre una infraestructura de transporte público ineficiente, lo que lleva al 49 por ciento de las personas a depender de un auto, agravando problemas de congestión y contaminación que complican la transición hacia un modelo más funcional de ciudad.

La inversión y renovación de la infraestructura son cruciales para eliminar las barreras y garantizar acceso equitativo a servicios en todas las zonas. Es aquí donde los espacios de trabajo flexibles se vuelven piezas estratégicas para garantizar esta transformación urbana. 

Estos espacios permiten a los trabajadores elegir ubicaciones cercanas a sus hogares, reduciendo tiempos de desplazamiento y promoviendo una mayor sostenibilidad urbana. En 2019, sólo el 11 por ciento trabajaba de manera híbrida; hoy lo hace el 64 por ciento, evidenciando una necesidad urgente de espacios accesibles en diversas ubicaciones.

La salud mental de los empleados es una prioridad creciente: un 66 por ciento prefiere el modelo híbrido, pues existe una insatisfacción con el modelo tradicional, lo que lleva a una demanda de flexibilidad. Esto, debido a que menos tiempo en desplazamientos significa una mejora al bienestar mental y la productividad.

Sitios como Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey podrían beneficiarse enormemente al adoptar modelos de ciudad integrada. A pesar de desafíos como la desigualdad en la distribución y costos de implementación, la descentralización de servicios y una mejora en la infraestructura de transporte podrían transformar positivamente nuestra vida urbana.

La colaboración entre el sector público y el privado será esencial para hacer realidad estos cambios y construir un futuro más accesible y eficiente para todos.