Un bien común para el Desarrollo Social
Escrito por Barbrha Ibáñez - Head of Communications de Enel México |
El acceso a la electricidad parece no ser una necesidad prioritaria, cuando en realidad es indispensable para un desarrollo adecuado.
Cuando se habla de necesidades básicas, los primero que pensamos es en la salud, la alimentación, la seguridad y el sueño; después, vienen a la mente algunas otras como la vivienda, el ocio y el sentido de pertenencia.
El acceso a un bien como la electricidad parece no formar parte de nuestras necesidades prioritarias, cuando en realidad es indispensable para un desarrollo adecuado.
El servicio eléctrico ha sido clave durante la pandemia para la atención de los pacientes en hospitales, el abastecimiento de agua, el comercio, el adecuado funcionamiento de las cadenas de suministro, el transporte público, hasta las comunicaciones y los servicios de TI que nos permiten conectarnos para trabajar desde nuestros hogares, si contamos con ese privilegio.
Según la Organización de las Naciones Unidas, el 13 por ciento de la población mundial aún no tiene acceso a servicios modernos de electricidad. Resulta paradójico que teniendo uno de los potenciales eólicos y solares más altos del mundo, en nuestro país aún existan dos millones de personas sin acceso a este servicio básico, de acuerdo con las estimaciones más recientes.
La carencia de electricidad en las viviendas, al igual que otros servicios como agua o drenaje, acentúa la marginación y evidencia la inequidad de oportunidades en los sectores más vulnerables de la población. Es por ello que uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas es precisamente promover la energía asequible y no contaminante.
Para lograr un acceso universal a la electricidad, es fundamental que el costo de generarla, transmitirla y consumirla sea accesible. Sin embargo, lograr lo anterior para hacer frente a este reto no debe ser sinónimo de seguir devastando nuestro planeta.
Según el informe más reciente de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA según sus siglas en inglés), el 2020 fue el segundo año más caluroso que se haya registrado jamás, solo superado por 2016; el 2019 fue el tercero. Todos en la última década. The Guardian publicó recientemente 50 fotografías que ilustran la crisis climática. Lluvias sin precedentes, inundaciones, incendios forestales, calor extremo, ciclones, entre otros fenómenos que han ocurrido en los últimos seis meses en lugares donde antes no existían.
Por eso la insistencia de entender el valor y la utilidad de las energías renovables. Un estudio de la Universidad de Oxford afirma que las inversiones en fuentes de energía renovables garantizan un rendimiento económico a corto plazo, ahorros a largo plazo y pueden crear el doble de puestos de trabajo en comparación con la generación de combustibles fósiles. Además, permiten proteger la salud de los ciudadanos y al medio ambiente.
De esta manera, Enel continúa trabajando en llevar energía asequible a las personas para combatir el cambio climático para acceder a una mejor calidad de vida. La sociedad demanda un desarrollo justo y sostenible. Confiamos en que la ciencia y la evolución seguirán guiando la dirección en la que el mundo avanza de manera acelerada y nos confirmarán que estamos en el camino correcto.