Visión compartida: una economía basada en la circularidad

La mayoría de los países en América Latina y el Caribe viven una misma realidad: mientras 47 millones de personas padecen hambre, cada año se desperdicia más de un tercio de lo que se produce. Se estima que esa cantidad equivale a 127 millones de toneladas de alimentos. Y eso a pesar de que la región concentra 40 por ciento de la biodiversidad de la Tierra. 

Aunado a esa problemática, la región cuenta con nueve de los 24 frentes de deforestación mundiales debido a las actividades relacionadas con agricultura, ganadería y minería, así como las infraestructuras de transporte y los incendios. Ante estos y otros grandes retos sociales y ambientales, la economía circular se plantea como la mejor opción para solucionarlos. 

Por este motivo, la Coalición de Economía Circular de América Latina y el Caribe, creada en 2021, presentó recientemente la publicación “Economía circular en América Latina y el Caribe: Una visión compartida”. Se trata de una guía para inspirar a diferentes actores e iniciativas hacia un objetivo común de desarrollo económico sostenible basado en la circularidad.

El documento pretende alinear actores y generar acciones conjuntas”. La iniciativa se basa en tres ejes: eliminar los residuos y la contaminación, hacer circular los productos y materiales al máximo nivel, y regenerar la naturaleza. 

A grandes rasgos, busca crear conciencia y fomentar una recuperación post COVID-19 que se aleje del modelo económico extractivo. 

Para hacerlo más atractivo ante las diferentes realidades de la región, se ha buscado un denominador común para todos los países. Se trata de temas prioritarios que todos buscan promover: plásticos, residuos electrónicos, alimentos y agricultura, turismo, ciudades y construcción – áreas en las que todos tenemos oportunidades de mejora y podemos aportar.

Desde 2019 han aumentado notoriamente las iniciativas públicas y privadas en la región relacionadas con estas áreas de oportunidad. Por lo tanto, surgió la idea de juntar a los actores relevantes en una coalición para crear sinergias y trabajar en conjunto con el fin de que la región transite hacia la circularidad. La publicación ofrece un panorama realista de cómo avanza la región, además de que muestra las oportunidades y barreras relacionadas a la realidad latinoamericana.

Una de las características de esta guía es su enfoque inclusivo, un eje que será primordial para poder alcanzar los objetivos planteados en materia de economía circular. 

Por ejemplo, el reciclaje inclusivo representa un desarrollo de la economía alrededor del reciclaje. Existen asociados unos beneficios ambientales que también pueden ser expresados en recursos y hay claramente un componente de desarrollo social que permite generar empleos. Es necesario entender que la cadena de valor del reciclaje será más efectiva con recicladores formalizados y fortalecidos”, asegura recordando su papel primordial.

Sin embargo, para lograrlo se necesita la implicación de todos los sectores de la sociedad: gobiernos, empresas y ciudadanos. Y es que todas las partes tienen responsabilidades de velar por el cumplimento de las actividades propuestas y de apoyar su implementación. 

En este sentido, está previsto que la Coalición realice próximamente una recopilación y presentación de buenas prácticas en la región.