El Canal de Estambul, ruta comercial o flagelo ambiental
Escrito por verdes |
El canal de Estambul tiene gran controversia, pues en términos ecológicos, científicos y económicos se levantaron críticas contundentes.
Fue el 26 de junio de 2021 cuando se inauguró la construcción del canal de Estambul, una infraestructura de 45 kilómetros que unirá a Asia y Europa por primera vez en la historia del mundo y permitirá que exista una nueva ruta entre el mar Negro y el mar de Mármara. El gobierno turco afirma que este proyecto ayudará a aliviar el tráfico de buques que circulan por el Bósforo, una de las direcciones marítimas naturales con más tránsito en el mundo.
El canal de Estambul costará más de 8,000 millones de dólares y permitirá el avance de 185 barcos, más de entre los 125 que actualmente atraviesan. En 2016, cerca de 42,000 barcos circularon por la única vía natural navegable entre Asia y Europa. En el mismo periodo, 16,800 buques cruzaron el canal de Panamá y un número cercano navegó por el canal de Suez, según el Ministerio de Transportes de Turquía.
La obra suena apabullante e histórica por ser una de las de mayor infraestructura, sin embargo, tiene el mismo tamaño de controversia, pues en términos ecológicos, urbanísticos, científicos y económicos se levantaron críticas contundentes. Por ejemplo, el alcalde de Estambul, en una conferencia de prensa calificó el nuevo canal como “proyecto asesino”, señalando que agravará la dispersión urbana y recaudará “ingresos inmerecidos” a costa del medio ambiente. Y añadió: “No he conocido a ningún científico de verdad que no haya dicho que (el canal de Estambul) destruirá el Mar de Mármara”.
Algunos expertos apuntan sobre los cambios del nivel de salinidad del agua que representaría para los ecosistemas costeros, Mármara mucho más salado que el Mar Negro, la apertura de la nueva vía de comunicación.
Otras afectaciones que los expertos creen que ocurrirán, están enfocadas al impacto paisajístico y social, donde se afectaría a una región boscosa que obligará el desplazamiento de alrededor de un millón de personas.
Por su parte, la presa Sazlidere, que abastece de agua potable a diversos puntos de la ciudad, también se verá modificada, pues el canal atravesará su cause, provocando otro grave impacto.
Las reacciones internacionales no se han hecho esperar y ya hay un debate sobre si el canal de Estambul ocasiona una violación de la Convención de Montreux, un acuerdo de 1936 que le otorga a Turquía el control del Bósforo y los Dardanelos y que permite el libre tránsito de civiles, ya que con la nueva vía de comunicación se cobrará peaje a los barcos que lo utilicen.
Ante la polémica, el presidente ruso, Vladimir Putin, señaló en la Convención de Montreux, la “importancia de preservar” la Convención para la “estabilidad y seguridad regionales”.
A pesar de los fuertes señalamientos y riesgos que representa, el ambicioso canal de Estambul es una realidad, que aunque tardará siete años en concluirse las obras ya comenzaron.