De Glasgow para el mundo: La relevancia de las negociaciones climáticas para México

Amanda Luna Mera, Manager en Carbon Trust México.

La acción climática presenta oportunidades clave para las empresas en México y América Latina. Por una parte, aumentar la ambición de las metas de reducción de emisiones, contribuirá a mantener la temperatura por debajo de 1.5°C al 2050; más aún, estas acciones pueden resultar en co-beneficios ambientales, económicos y sociales.

A principios de noviembre, se celebró la COP26 donde participaron gobiernos, el sector privado y financiero, así como la sociedad civil. Durante dos semanas, los líderes del mundo y diversos actores coincidieron en Glasgow en múltiples discusiones para establecer metas y compromisos en torno a cómo combatir el cambio climático.

México es un país expuesto a múltiples riesgos climáticos. El Sexto Reporte de Evaluación del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) identificó los impactos que podría enfrentar el país. Entre ellos, una disminución importante de precipitación media anual, aumento en la temporada de sequías y de incendios, así como de temperatura. Dada la riqueza de especies, hábitats y ecosistemas del país, el sistema ecológico que sostiene la economía está sujeto a una mayor exposición de riesgos. Un ejemplo son las razas de maíz que se cultivan en territorio nacional y que han sido adaptadas a condiciones climáticas específicas.

Si bien el cambio climático presenta una serie de riesgos para las empresas, también abre la puerta a oportunidades que se pueden traducir en ahorros financieros o hasta nuevas opciones de financiamiento. Por ejemplo, en México, las empresas del sector agropecuario pueden acceder a préstamos con un incentivo que reconoce la implementación de prácticas y tecnologías sostenibles.

Con mayor frecuencia, los inversionistas y el sector financiero están interesados en enfocar sus recursos en proyectos o propuestas con un impacto ambiental o social positivo. No es coincidencia que varios Bancos Multilaterales anunciaran la movilización de financiamiento climático durante la COP26. Por ejemplo, el BID se comprometió a canalizar más de 24 mil millones de dólares en préstamos y proyectos alineados con el Acuerdo de París en América Latina y el Caribe. De igual forma, el Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo (EBRD) prometió duplicar los flujos de financiamiento climático al 2025.

La transparencia será clave en el financiamiento climático. Como en cualquier inversión, un elemento importante recae en conocer los resultados derivados del uso de los recursos, esto se vuelve más imperante en el seguimiento de ese financiamiento. En ese sentido, las empresas deben mejorar sus procesos de monitoreo y reporte para identificar y comunicar el impacto o desempeño ambiental de los proyectos implementados.

Carbon Trust acompaña a las empresas e instituciones financieras en la identificación y gestión de riesgos, así como en el aprovechamiento de oportunidades relacionadas con el cambio climático. Más aún, contribuye al diseño y seguimiento de métricas que facilitan el reporte del impacto derivado de la implementación de acciones de mitigación.

El 2022, será clave para detonar la implementación de proyectos y programas que contribuyan a acelerar y lograr las emisiones netas cero al 2050. Llegar a la meta requiere de múltiples acciones; sin embargo, es tiempo de acelerar la transición hacia un futuro libre de emisiones de carbono.