¿Consumo o consumismo?

La población mundial supera ya los 800,000 millones de habitantes: India y China, tienen más de 1,420 millones de habitantes cada uno; Estados Unidos es la tercera nación más poblada del mundo con más de 330 millones de habitantes. 

Cada vez que se hace referencia a estas cifras surge un cúmulo de preguntas que plantean el desafío que representa alimentar esta cantidad de habitantes y cómo sería posible atender sus demandas de consumo. Las respuestas no son sencillas y esto nos plantea la responsabilidad de cada habitante en el impacto ambiental y consecuente cambio climático. 

Por supuesto, más población genera mayor demanda de bienes de consumo, aunque esto no sea del todo correcto, pues el impacto del ser humano en el ambiente se hizo más evidente en la década de los 70, cuando la población global era aproximadamente la mitad de la que es hoy. 

Un factor que influyó de sobremanera en el impacto ambiental fue el consumo y el consumismo que priva en buena parte de la población mundial: los sistemas económicos han propiciado lo que se denominó consumismo, que surgió en los años 20 del siglo pasado en los Estados Unidos y que se reforzó a partir de la postguerra, en la década de los cincuenta. 

A partir de este momento, las personas y las familias aspiraban ya no sólo a poseer un automóvil, sino dos, los guardarropas no deberían limitarse a tres o cuatro cambios de ropa para la semana y la meta era llenar la estantería de zapatos con cuantos pares fuera posible. 

Esta tendencia de consumo pronto brincó a los artículos suntuarios, el entretenimiento y el esparcimiento y a un cúmulo de productos para el hogar que pronto adoptaron la cultura del “úsese y tírese”. En poco tiempo televisores, radios, muebles, ropa, ornatos, artículos de cocina y hasta los autos y lo hogares, junto con cientos de productos, fueron consumidos bajo el principio de desechables. 

Una sociedad que vive bajo los principios anteriormente mencionados, no sólo consigue un mejor nivel de vida, también contribuye directamente al uso intensivo de recursos naturales para cubrir su demanda, que genera innumerables cerros de basura por todo el mundo.

Petróleo, agua, alimentos, minerales, electricidad, maderas y vestimenta fueron algunos de los bienes que empujaron la demanda de recursos naturales que poco a poco, fueron alterando el clima del planeta, recursos a los que ahora se suman dispositivos electrónicos y digitales y un enorme agujero negro de recursos que demanda el ciberespacio en cantidades importantes para proveer de soluciones digitales como las criptomonedas y el ecosistema de la Inteligencia Artificial. 

El impacto climático es evidente y el estrés que viven algunos recursos naturales también lo es. El aumento de la población es una incógnita para determinar cómo resolver el dilema del aumento de la demanda, que tampoco se resuelve reduciendo la natalidad y la población de facto; ayuda, pero no soluciona. 

Por lo pronto, una gran duda razonable es plantearnos en qué momento detener y modificar el delirante patrón del consumismo.