Alimentos y bebidas azucarados en NY deberán incluir etiquetas de advertencia

Manuel Pineda Curiel

Escrito por Manuel Pineda Curiel |

A finales de este año, una nueva ley entrará en vigor en la ciudad de […]

A finales de este año, una nueva ley entrará en vigor en la ciudad de Nueva York, requiriendo que los alimentos y bebidas azucarados vendidos por cadenas de restaurantes y cafeterías incluyan etiquetas de advertencia.

La normativa, que afectará a los negocios de alimentos con 15 sucursales o más, establece que los elementos del menú que contengan al menos 50 gramos de azúcar añadido deberán mostrar un icono de advertencia, que consiste en una ilustración en blanco y negro de una cucharada de azúcar.

Además, los establecimientos deberán acompañar este símbolo con un mensaje escrito junto al logotipo, indicando que el contenido de azúcar añadido en el producto excede el límite diario recomendado para una dieta de 2,000 calorías, además de advertir sobre los riesgos para la salud asociados con el exceso de azúcares añadidos, como la diabetes tipo 2 y el aumento de peso.

El departamento de salud de la ciudad ha publicado recientemente la propuesta de enunciado para esta regla y ha programado una audiencia pública para finales de mayo. La aprobación de esta ley el año pasado por parte de las autoridades de la ciudad, incluido el alcalde Eric Adams, busca mejorar la salud pública y prevenir enfermedades relacionadas con la dieta.

En una entrevista reciente, el alcalde Adams enfatizó la importancia de abordar el problema del consumo excesivo de azúcar, destacando el papel de la alimentación en la salud. Si bien la regla marca un nuevo paso en los esfuerzos de la ciudad por promover hábitos alimenticios más saludables, no es la primera incursión en políticas de salud pública. Administraciones anteriores implementaron medidas como la prohibición de grasas trans artificiales y la divulgación de información sobre calorías en los menús de restaurantes.

Aunque estas medidas han recibido críticas por parte de algunos, que las consideran una intrusión excesiva del gobierno en las decisiones personales, muchos defensores de la salud pública ven estas regulaciones como una herramienta importante para abordar los desafíos de salud de la población.