Anuncian inversión de 20 mmdd en México por parte de empresas estadounidenses

Este martes, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, recibió anuncios de inversión por más de 20,000 millones de dólares de parte de empresarios estadounidenses durante el evento US-Mexico CEO Dialogue, que se celebró en el Palacio Nacional. En la reunión participaron más de 240 directivos de grandes empresas tanto de México como de Estados Unidos, quienes expresaron su interés en expandir sus operaciones en el país.

Sheinbaum destacó la importancia de estas inversiones, que están enfocadas en sectores estratégicos como la energía, el turismo y el comercio, y señaló que el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) sigue siendo un pilar fundamental para fortalecer los lazos económicos. El gobierno mexicano resaltó que este encuentro fue “muy productivo”, pues no solo se trató de anunciar nuevas inversiones, sino también de establecer un diálogo entre los sectores privado y público para promover el desarrollo económico de México en los próximos años.

Sheinbaum expresó su compromiso con la creación de un ambiente propicio para la inversión y la confianza en México. Afirmó que su gobierno trabajará para garantizar la certidumbre y la seguridad jurídica, elementos clave para atraer y mantener la inversión extranjera. Además, destacó la importancia de la colaboración bilateral para fortalecer la economía y promover el desarrollo sostenible. Sheinbaum subrayó que la Reforma Judicial en México no será un obstáculo para los inversionistas, sino que buscará mejorar el clima de negocios y asegurar el estado de derecho.

Además de los anuncios de inversión, el evento sirvió como plataforma para discutir otros temas clave como la política energética de México y la reforma judicial, que ha generado algunas preocupaciones entre empresarios estadounidenses. A pesar de ello, los directivos presentes manifestaron confianza en el potencial de México como destino de inversión a largo plazo.

Reacción del otro lado del río

Donald Trump, en su campaña para las elecciones presidenciales de Estados Unidos, ha reiterado su postura proteccionista en cuanto al comercio con México. Ha propuesto la imposición de aranceles significativos a los productos importados de México, lo que incluiría tasas de entre el 10 y el 20 por ciento a productos generales y hasta un 60 por ciento para los productos provenientes de China. En particular, ha enfocado su retórica en la industria automotriz, sugiriendo aranceles de más del 200 por ciento sobre vehículos mexicanos, con el objetivo declarado de proteger la industria estadounidense y potencialmente traer de vuelta la producción al país. Estas declaraciones han generado respuestas variadas, incluyendo desmentidos de grandes fabricantes como John Deere, quienes han afirmado mantener sus planes de producción en México.