Biocombustibles sintéticos, una solución para la aviación mundial
Escrito por verdes |
Repsol se puso el objetivo de ser neutral en emisiones de carbono para 2050, su […]
Repsol se puso el objetivo de ser neutral en emisiones de carbono para 2050, su primera meta es producir combustibles de baja huella de carbono.
La aerolínea bandera de España, Iberia, comunicó recientemente que completó su primer vuelo de larga duración utilizando biocombustible. Partió desde Madrid y se dirigió hacia Washington, su combustible se elaboró con residuos de la refinería Petronor, filial de Repsol.
Este hito se logró con un Airbus A330-200, el cual cuenta con una capacidad de 288 pasajeros y es uno de los más eficientes de Iberia. Ya se tienen previstos otros dos vuelos como este, ambos con destino en Estados Unidos, uno irá a Dallas, Texas, y el otro a San Francisco, California.
Con esto, se avanza un poco más en el camino de una aviación más amigable con el medio ambiente. Según la aerolínea, estos tres primeros vuelos conseguirán una reducción en las emisiones de dióxido de carbono (CO2), más precisamente, 125 toneladas.
Repsol es una multinacional dedicada a la energía y a la petroquímica con sede en España. Esta se puso el objetivo de ser neutral en cuanto a emisiones de carbono para 2050, pero antes de llegar a ello se estableció otras metas. Entre ellas, producir combustibles de baja huella de carbono, como el utilizado para el vuelo de Iberia.
Para hacer algo así tiene que obtener hidrógeno renovable, el cual proviene de los residuos sólidos urbanos (RSU), ya que estos emiten metano (CH4) de forma natural, a esto se le conoce como biogás o biometano. Para 2023 esperan poder hacer 250 mil toneladas de combustible sintético tanto para automoción y aviación. Siendo la refinería de Cartagena, España, la más importante, pues se encargará de producir el 50 por ciento del biocombustible.
Ambas compañías han participado en el proyecto AVIATOR, el cual es financiado por el Programa Horizonte 2020 de la Unión Europea. Este se dedica a medir el impacto de las emisiones de gases de efecto invernadero en la aviación y cómo afecta en la calidad de aire en los aeropuertos y sus alrededores.
De acuerdo con ingenieros químicos, los biocombustibles se pueden catalogar en cuatro generaciones, dependiendo de su procedencia. Se les denomina así a los recursos energéticos procesados por los humanos a partir de materias producidas por seres vivos y estos pueden ser líquidos, sólidos y gaseosos.
La primera generación se hace con insumos de procedencia agrícola y se conforman de las partes alimenticias de las plantas, también se pueden usar grasas animales, residuos de la cocción y residuos sólidos orgánicos. En la segunda generación se implementan residuos agrícolas y forestales, formados principalmente por celulosa, tiene la ventaja de que no hay desvíos de alimentos hacia el sector energético, pero su disminución de emisiones es menor.
La tercera generación utiliza recursos vegetales no alimenticios y con alta densidad energética en sus componentes. El proceso de producción de estos biocombustibles aún está en desarrollo, pero ya se han logrado obtener biodiésel y etanol. Tiene como ventaja el secuestro de anhídrido carbónico (CO2), pero también tiene la desventaja de emplear tierra para cultivo de alimentos, a no ser que se trate de algas verdes.
Para la cuarta generación se emplean bacterias genéticamente modificadas. A diferencia de las demás generaciones en las cuales también se utilizan bacterias, las de este proceso realizan toda la producción del biocombustible. Hoy en día solo se conoce el camino teórico para la síntesis del etanol.
Repsol es uno de los representantes de biocombustibles a nivel internacional. En España existen empresas como Pyromaq y Petgas que se encargan de producir gasolina, diesel, parafina, keroseno y gas a partir de plástico, principalmente del PET. Este tipo de combustibles son un paso más hacia una aviación, y movilidad en general, más sostenibles y menos dañinas para el medio ambiente.
