Científicos rusos producen combustibles inocuos 

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Los hidratos de gas son una forma de almacenar el gas natural en condiciones de […]

combustibles inocuos

Los hidratos de gas son una forma de almacenar el gas natural en condiciones de baja temperatura y alta presión. Se estima que hay enormes reservas de este recurso en el fondo marino y en las regiones polares, lo que lo convierte en una fuente potencial de energía limpia y renovable, es decir, combustibles inocuos.

Sin embargo, la extracción y el transporte de los hidratos de gas presentan grandes desafíos técnicos y ambientales, ya que requieren romper la estructura cristalina que atrapa el gas y evitar su liberación a la atmósfera.

Para resolver estos problemas, un equipo de investigadores rusos ha desarrollado una tecnología que permite producir un combustible inocuo a partir de los hidratos de gas, sin necesidad de descomponerlos. El método consiste en inyectar un líquido orgánico en el hidrato, que reemplaza al gas natural y forma un nuevo compuesto estable y no inflamable.

El líquido orgánico puede ser cualquier sustancia que tenga una afinidad química con el agua, como el etanol, el metanol o el glicol. De esta manera, se evita la emisión de gases de efecto invernadero y se facilita el transporte del combustible resultante.

Los científicos rusos han creado una metodología matemática que permite pronosticar los procesos físicos que ocurren durante la interacción del líquido orgánico con el hidrato de gas. Esto les ha permitido optimizar las condiciones de presión, temperatura y velocidad de inyección para lograr una mayor eficiencia y seguridad.

Los resultados del estudio, abren nuevas perspectivas para el aprovechamiento de los hidratos de gas como recurso energético sostenible y respetuoso con el medioambiente. Además, la tecnología podría tener otras aplicaciones, como la recuperación de petróleo o la producción de materiales compuestos.

Perspectiva

El uso de este descubrimiento en las próximas décadas es que se podría crear una red global de suministro de energía basada en los hidratos de gas, que reduciría la dependencia de los combustibles fósiles y las emisiones contaminantes. Otra opción es que se podría aprovechar el potencial termodinámico de los hidratos de gas para generar electricidad o calor mediante procesos reversibles. También se podría explorar la posibilidad de utilizar los hidratos de gas como almacenamiento de carbono o como agentes refrigerantes.

Es decir, se podría utilizar el mismo método que se emplea para producir el combustible inocuo, pero en vez de inyectar un líquido orgánico, se inyectaría dióxido de carbono (CO2). De esta forma, se lograría capturar el CO2 y almacenarlo en forma sólida en los hidratos de gas, evitando su emisión a la atmósfera. Esta técnica también tendría la ventaja de liberar el gas natural que se encuentra en los hidratos, lo que aumentaría la disponibilidad de este recurso energético.

Entre los principales beneficios que esta tecnología puede traer al medioambiente se encuentra reducir la concentración de CO2 en la atmósfera, lo que disminuiría el efecto invernadero y el calentamiento global; evitar la desestabilización de los hidratos de gas por el aumento de la temperatura oceánica, lo que podría provocar erupciones submarinas o tsunamis; preservar la biodiversidad marina, ya que los hidratos de gas albergan una gran variedad de microorganismos y especies animales, así como fomentar el uso de energías renovables y limpias, como el gas natural o el hidrógeno, que tienen un menor impacto ambiental que los combustibles fósiles.