Cómo entender y enfrentar el ecoagobio

Por: Griscelda Ramos, directora de sustentabilidad en Natura

El impacto del cambio climático ya se ha sentido en nuestras vidas: no sólo en la biodiversidad o en la temperatura del planeta, también en el estado emocional de la gente que lo habita. Y es que, cuando se está consciente de todo el peso que tienen nuestras decisiones en el medioambiente, esta carga se puede volver una constante preocupación que llega a inhibir el disfrute de las actividades cotidianas más sencillas.

Esa inquietud latente se le conoce como ecoagobio, un término que surgió hace algunos años para describir la ansiedad que sienten algunas personas por utilizar artículos o desarrollar actividades que generen daño ambiental, que afecten de manera importante los ecosistemas o dejen una significativa huella de carbono. 

A la mayoría de nosotros desde pequeños se nos ha educado para cuidar la naturaleza, sin embargo, la sobreinformación y la presión social pueden afectar la visión del futuro en torno al medioambiente y nos puede hacer que cuestionemos nuestra calidad de vida y lo que pasará en los próximos años. ¿Qué mundo dejaremos a las generaciones por venir?

En este sentido, está claro que las marcas somos piezas clave para redefinir las reglas del juego y generar cambios en los patrones de consumo. Sabemos que la transformación de los negocios implica la redefinición de los principales modelos, funciones y productos de las empresas ¡Ese es nuestro reto! Hoy, más que nunca debemos de crear cadenas de valor inclusivas y regenerativas. 

Es claro que la transición hacia una economía de bajo carbono es un desafío para la humanidad, el cual debe estar basado en una construcción esencialmente colectiva. En Natura, por medio del Compromiso con la Vida, establecimos metas para asegurar que en el 2030 el 100 por ciento de los materiales que usamos sean reutilizables, reciclables o compostables.

Defendemos un mercado de carbono global que priorice modelos de compensación oriundos de soluciones basadas en la naturaleza, asegurando la regeneración y la conservación de la biodiversidad. De igual manera, trabajamos por el establecimiento de un compromiso entre diversos grupos y actores de la política global, multisectorial y multilateral, para crear actividades económicas innovadoras, basadas en la bioeconomía, que sean financieramente más rentables y sustentables que la deforestación.

En términos de justicia y derechos humanos reconocemos el rol para la conservación ambiental que desempeñan las comunidades que habitan en la Amazonia, además de que promovemos el pago justo por distribución de beneficios y acceso al conocimiento tradicional asociado. También impulsamos la creación de un fondo que financie la adaptación de esas poblaciones a las consecuencias del cambio climático, como el acceso a tecnologías de bajo carbono y energía renovable.

De forma paralela, con orgullo podemos decir que Natura fue pionera en ofrecer repuestos en productos cosméticos e incluir vidrio reciclado en perfumería.

Es prioritario mencionar que nuestras marcas no hacen pruebas en animales. Utilizan los más variados métodos alternativos para garantizar la seguridad de las formulaciones, como testeos in vitro o de alergia en voluntarios humanos, modelos computacionales avanzados y piel sintética 3D creada en laboratorio.

Si bien aún no es posible que los humanos vivamos con acciones totalmente sustentables, seguimos avanzando en la lucha contra el cambio climático desde diversos campos. 

El ecoagobio se puede enfrentar con acciones cotidianas desde lo personal y en especial, desde la comunidad.