Confort y bienestar, el origen de la contaminación

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Escrito por verdes |

Construir una casa con buena iluminación, calefacción y paredes limpias significan confort y bienestar, algo […]

Construir una casa con buena iluminación, calefacción y paredes limpias significan confort y bienestar, algo que se ve reflejado a gran escala en los índices de contaminación.

Según el Programa para el Medio Ambiente de las Naciones Unidas, se generan cerca de 50 millones de toneladas de desechos electrónicos al año que no pasan por las medidas mínimas de reciclaje seguro, lo que pone en riesgo de la salud de la población.

Y es que una escena frecuente y, hasta cierto punto normal en los países industrializados es el desecho de aparatos electrónicos, ya sea porque presentan alguna falla, hasta cierto punto reparable, o porque la mercadotecnia obliga al consumidor a actualizar su computadora o su teléfono celular cada cierto tiempo.

Sin embargo, está práctica puede ser perjudicial para otros países menos desarrollados, ya que esa basura electrónica viaja de un país a otro sin medidas mínimas de protección ambiental y contaminan la tierra, el aire y el agua que repercute directamente en la salud de la población más pobre.

Derivado del estudio publicado por Unicef: Innocenti Report Card 17 – Places and Spaces: Environments and children’s well-being, donde se buscaba hacer un ranking de cuáles eran los países que mejores condiciones ofrecen 39 países de la OCDE, se dieron cuenta que mientras los países desarrollados hacían esfuerzos para ofrecer mejores condiciones de vida a su población, significaba un impacto ambiental negativo en otras regiones.

El informe llegó a la conclusión de que el bienestar y el consumo repercute directamente en el medioambiente, y lo hace de manera desigual en el mundo. Pues no precisamente los países que menos consumen y emiten contaminantes son los menos afectados por la contaminación que se produce en otras partes del mundo.

Anna Gromada, una de las investigadoras de Unicef que ha liderado el estudio señala que: “Todo lo que produce bienestar supone algún tipo de consumo. Construir una casa, que tenga buena iluminación, paredes limpias, calefacción y privacidad implica consumo; y todo ello contribuye al bienestar. Sin embargo, este tipo de condiciones tienden a darse en países ricos, y significa que están consumiendo a niveles insostenibles a largo plazo”.

El problema principal, señala el estudio, es que la basura electrónica de los países más desarrollados no son adecuadamente reciclados, y una gran cantidad de ella es depositada en vertederos clandestinos en otros países menos desarrollados, donde contaminan y enferman a sus poblaciones.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) calcula que para 2040, las emisiones de carbono provenientes de la producción y el uso de aparatos electrónicos representarán el 14 por ciento de las emisiones totales.

Según las previsiones, el volumen de residuos electrónicos alcanzará los 74.7 toneladas métricas de aquí a 2030, de acuerdo con el Observatorio Mundial de los Residuos Electrónicos 2020, esto debido a la creciente taza en el consumo a nivel mundial.

Se busca fortalecer la industria del reciclaje de componentes electrónicos, donde según las más recientes estimaciones se calcula que pueden obtenerse hasta 60,000 millones de dólares al año en materiales. De acabar en el lugar adecuado, en vez de resultar perjudiciales, podrían ser una fuente de riqueza.