Crisis climática, hambruna y enfermedades, los jinetes del siglo XXI

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El informe elaborado por la organización The Lancet Countdown, afirma que ha habido un aumento […]

Crisis climática

El informe elaborado por la organización The Lancet Countdown, afirma que ha habido un aumento de muertes por el calor, un incremento del hambre y enfermedades infecciosas a medida que se intensifican la crisis climática.

En el mismo se denuncia que los gobiernos se inclinan por dar una mayor prioridad a los subsidios a los combustibles fósiles, en lugar de apoyar los países pobres que son quienes más sufren por el calentamiento global.

En el texto se menciona que 69 de los 86 países examinados habían invertido 400,000 millones de dólares en combustibles fósiles en el 2019, con subsidios que superan el 10 por ciento del gasto nacional en salud de 31 países y más del 100 por ciento en cinco naciones.

La dependencia por los combustibles fósiles socava la salud humana por medio de los volátiles e impredecibles mercados energéticos de las frágiles cadenas de suministro y de los conflictos geopolíticos; por lo que millones de personas en el mundo no tienen acceso a la energía necesaria para mantener sus hogares a temperaturas adecuadas y conservar los alimentos y medicamentos.

El informe del The Lancet Countdown fue elaborado por 99 expertos de 51 instituciones de todos los continentes y presentado antes de la Cumbre Climática de la ONU COP27 que será celebrado en Egipto en el mes de noviembre.

Cambio climático pone en riesgo la seguridad alimentaria

El estudio también hace énfasis en cómo el cambio climático afecta la seguridad alimentaria, reduciendo las temporadas de crecimiento y el rendimiento de los cultivos, provocando más áreas de sequía fomentando la desnutrición y limitando el acceso a los alimentos.

Aseguran los expertos que el clima extremo ha extendido el hambre a casi 100 millones de personas, aumentó las muertes por calor en 68 por ciento en la población más vulnerable en el mundo y ha conseguido que 1.2 millones de personas al año fallezcan por la contaminación atmosférica por la quema de carbón, petróleo, gas natural y biomasa.

También se demuestra que debido a la crisis climática hay un aumento de enfermedades infecciosas, por ejemplo, creen que la temporada de malaria podría extenderse hasta 32 por ciento más en las zonas montañosas del continente americano y un 15 por ciento más en África, y el dengue aumentó 12 por ciento más su probabilidad de transmisión durante la última década.

Como solución, los autores del estudio reclaman una mayor protección de los sistemas de salud. También piden mejorar la calidad del aire para prevenir muertes derivadas a la exposición a partículas de combustibles fósiles. 

Agregan como medidas urgentes acelerar la transición hacia la energía limpia y la eficiencia energética para frenar el cambio climático, la seguridad energética, reducir la contaminación del aire.

Sugieren, además, un cambio hacia una dieta equilibrada basada en vegetales para reducir las emisiones del sector agrícola y evitar las enfermedades transmitidas por alimento derivados de animales.