El nuevo liderazgo femenino

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Por Charlotte Oudin, Directora de Barilla en México Aunque en México, las mujeres todavía nos […]

Por Charlotte Oudin, Directora de Barilla en México

Aunque en México, las mujeres todavía nos enfrentamos a un panorama generalizado de desigualdad —incluyendo el trabajo— el Centro de Investigación de la Mujer en la Alta dirección ha reportado que, del año 2005 al 2020, se ha incrementado de 28 al 38 por ciento de mujeres en puestos de decisión. Esto significa que, aunque la transición a equipos directivos más equitativos es lenta, hay avances seguros y las mujeres que hoy nos encontramos en estos espacios somos clave para influir y hacer crecer aún más estos números.

Como guías de equipos diversos, debemos responder a las diferentes necesidades, características e intereses de nuestros colaboradores. A lo largo de mi carrera me he tenido que desenvolver y adaptar a nuevas culturas, formas de pensar y trabajar, a través de diferentes responsabilidades en Francia, Italia y México. Aprendí a ir más allá de las diferencias culturales, creencias y costumbres para encontrar las coincidencias e intereses comunes. Por eso, estoy convencida que el buen liderazgo debe caracterizarse por un modelo de inclusión basado en la empatía.

Históricamente, a las mujeres se nos han asignado trabajos de cuidado mucho más que a los hombres, pero eso también nos ha formado como personas incluyentes y respetuosas de los demás, características que muchas veces replicamos en nuestro trabajo y nuestra forma de dirigir equipos. Disfruto mucho motivar a las personas y contribuir a su crecimiento de manera integral con cada experiencia.

Es fundamental entendernos, aceptarnos para que cada quien entregue lo mejor y así lograr la integración de lo más valioso de cada uno. Equilibrar la participación en la vida profesional permite también bajar la presión sobre los hombres que, históricamente, cargan con proveer a la familia, no poder disfrutar plenamente de la familia y seguir sus pasiones y sueños.

Me gusta ver cómo puedo inspirar a mis colaboradores y más mujeres a perseguir sus sueños, desarrollando esa capacidad de adaptación al cambio y tomando lo mejor de cada situación que se les presenta. Para ello es importante empezar haciendo lo que nos gusta y delimitar tiempo para cada actividad en la semana para mantener un balance entre la familia, el trabajo y uno mismo.

Tener a mujeres en todos los escalones de la organización amplía la voz de todas. Por ello, me es grato ver cómo poco a poco, en empresas de todas las industrias, hay cada vez más mujeres directoras, consejeras, que forman parte de los comités y de los consejos de administración que, con su visión y acción, están logrando que este camino sea más fácil para nuestras hijas y compañeras más jóvenes.

Como parte del equipo directivo de Grupo Herdez, una de las empresas de alimentos con mayor trayectoria en México, y directora en México de la sociedad con Barilla, marca líder global en pastas, estoy convencida de que en el nuevo liderazgo femenino, así como acompañamos el crecimiento de nuestros hijos e hijas, la mentoría también es una excelente práctica para impulsar el desarrollo de nuestros colaboradores y colaboradoras, para que logren conquistar cada vez más territorios con esa misma visión de empatía e igualdad.

Cambiar el status quo requiere demostrar con hechos tu talento, pero también influir e impulsar a las demás. Incluir aliados hombres y mujeres para que ellos también puedan interiorizar la importancia de la equidad y contagiar la pasión por el cambio. Cambiar perspectivas vía el ejemplo, porque también así se demuestra a aquellos que todavía no “creen” en el liderazgo femenino, que funciona y funciona para todos.