El posicionamiento de Natura durante la COP26

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De acuerdo con Natura, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Clima que se celebra en Glasgow, Escocia, debe…

De acuerdo con Natura, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Clima que se celebra en Glasgow, Escocia, debe redimensionar los esfuerzos globales para abordar la crisis climática y crear instrumentos económicos y financieros para establecer un mercado global de carbono, una directriz que permitirá a las naciones hacer la transición a un nuevo modelo de desarrollo. Se trata de la regulación del elemental artículo 6 del Acuerdo de París, el compromiso climático multilateral más importante firmado en los últimos años.

La COP 26 es una oportunidad única para superar la desconfianza y la sensación de falta de alternativas para garantizar la seguridad climática del planeta. En la conferencia, podemos establecer una agenda que tendrá sobre la descarbonización la principal estrategia de desarrollo para los próximos 30 años. El mundo ha despertado a la emergencia climática, y muchos países se están adaptando a esta visión asumiendo compromisos públicos para reducir las emisiones de carbono. Esta actitud es un reflejo de la nueva economía y geopolítica global, en la que el tema climático es un componente estructurante.

La Amazonia permite a Brasil ser el protagonista de la agenda global de sustentabilidad. Pero tal protagonismo sólo será efectivo si elegimos apoyar la transición a una economía que valore la socio biodiversidad y valore adecuadamente los servicios ambientales esenciales de este bioma, creando ingresos y fortaleciendo las comunidades locales y tradicionales para permitir el mantenimiento de la floresta en pie.

Para hacer esto, necesitamos actuar más rápido y colectivamente. La selva amazónica está llegando a su punto de inflexión, desde el cual ya no podrá regenerarse. Las acciones actuales delgobierno, a su vez, siguen siendo insuficientes ante el desafío de poner a cero la deforestación ilegal, el mayor vector del cambio climático en Brasil.

En este contexto, Natura, Mapbiomas, InfoAmazonia y Hacklab se han unido para lanzar la plataforma PlenaMata, que monitorea la deforestación en la Amazonía en tiempo real. La herramienta cuenta con un contador de árboles talados por minuto y acres deforestados, a partir de información actualizada diariamente. El objetivo es llamar la atención sobre la urgencia del tema y movilizar a la sociedad en torno a las iniciativas de conservación y regeneración de la floresta.

Es hora de cambiar. En 2020, Natura & Co lanzó su Compromiso con la Vida, un plan sólido para abordar algunos de los problemas globales más apremiantes. Este plan se divide en tres pilares que consideramos fundamentales para establecer un modelo de desarrollo que nos conduzca a un mundo más próspero y justo: enfrentar la crisis climática y proteger la Amazonia; defender los derechos humanos y garantizar la igualdad y la inclusión; y adoptar la circularidad y la regeneración para 2030.

Debido a que consideramos que la COP 26 es un momento clave para acelerar la transición a una economía de cero carbonos, y a la luz de nuestro Compromiso con la Vida, nos mantenemos firmes en los siguientes puntos:

1.Hacia el cero neto

La emergencia climática y la pérdida de la biodiversidad causada por las actividades humanas representan una amenaza real y urgente para todas las formas de vida en la Tierra. Creemos en la interdependencia: las acciones de una persona o de una empresa afectan a la otra, y viceversa. Por ello, queremos ser agentes de movilización y cooperación, a través de alianzas que generen transformaciones positivas, a la vez que mejoren nuestras prácticas empresariales.

El sector privado ha estado elevando sus compromisos de Cero Neto y los países también deberían ser más ambiciosos en sus NDCs (Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional), especialmente Brasil, que podría liderar el movimiento para eliminar la deforestación, así como promover la regeneración de los ecosistemas, principales sumideros de carbono terrestres, a través de modelos que permitan la acción conjunta entre los sectores público y privado para lograr el objetivo de llevar las emisiones a cero.

Buscamos promover un compromiso entre diversos grupos y actores de la política global, multisectorial y multilateral, para descarbonizar la economía, de manera que sea posible reducir a la mitad las emisiones para 2030, alcanzar el Cero Neto global en 2050 y limitar el aumento de la temperatura media mundial a un máximo de 1,5ºC.

2.Mercado de carbono con inclusión social

Una decisión importante que se tomará en esta próxima conferencia se refiere a la regulación de un mercado global de carbono que permita a los países transferir entre sí el resultado de reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, evitar reducciones de doble conteo y garantizar la integridad climática global.

La creación de este mercado global de carbono, con instrumentos económicos innovadores y mecanismos de financiación verdes e inclusivos, necesita fortalecer la conservación de los biomas y la protección de su socio biodiversidad en los términos del artículo 6 del Acuerdo de París. Dichos mecanismos deben promover la generación de ingresos para las comunidades a través del pago de servicios ambientales esenciales para la vida que proporcionan, así como ayudar a la transición a sistemas agrícolas resilientes al cambio climático (agricultura y extractivismo sustentable y sistemas agroforestales) y regenerativos.

Brasil desempeña un papel clave en los esfuerzos globales para lograr el equilibrio climático del planeta, y poder conducir al desarrollo de una sociobioeconomía innovadora, baja en carbono, y con inclusión social. Para ello, el país debe revertir el curso de su agenda ambiental y promover políticas públicas efectivas, como la estructuración de un mercado de carbono regulado y sistemas nacionales de registro de compensaciones. 

3.Bioeconomía con soluciones basadas en la naturaleza

El desarrollo de un mercado de servicios de descarbonización representa una gran oportunidad para un país como Brasil, que tiene las condiciones y la vocación de promover la agricultura baja en carbono, la conservación forestal (REDD+), la reforestación y la regeneración.

El país tiene un enorme potencial para generar créditos de carbono mediante la regeneración y evitar la deforestación; por lo tanto, la NDC brasileña debe ser aún más ambiciosa, para no solo habilitar este potencial, sino también para generar oportunidades y escala para la transición de los principales sectores industriales a una economía baja en carbono.

Un mercado global de carbono debe priorizar los modelos de compensación de las Soluciones Basadas en la Naturaleza (NBS, sigla en inglés), asegurando la regeneración y conservación de la biodiversidad, dado su potencial para la reducción y eliminación de carbono, y los beneficios que genera en términos de adaptación al cambio climático.

4.Deforestación cero en la Amazonia

La Amazonia juega un papel clave en hacer frente al cambio climático y en la conservación de la biodiversidad global. Alrededor del 60% del territorio brasileño está ocupado por el bioma del bosque tropical más grande del mundo, que también está presente en nueve países. Proporciona servicios ecosistémicos indispensables para el clima, la agricultura y el bienestar de la población mediante la protección del suelo, la regulación del sistema de lluvias en el centro sur de Brasil y otras regiones de América Latina, actuando en la captura y almacenamiento de dióxido de carbono de la atmósfera y, finalmente, asegurando la vida. La oportunidad para que Brasil se convierta en un líder mundial en bioeconomía forestal radica en el uso adecuado de la tierra, las inversiones en ciencia y biotecnología y el acceso al conocimiento de los pueblos tradicionales, incluidos los indígenas y los ribereños.

Dos tercios de las emisiones nacionales de gases de efecto invernadero de Brasil provienen del uso de la tierra, y el 40% de ellas son el resultado de la deforestación, especialmente ilegal, en tierras públicas o incluso en áreas protegidas por la ley. Por otro lado, un uso adecuado de la tierra ofrece un vasto potencial de captura de carbono, ya sea por la conservación del bosque en pie, por la regeneración de pastos y áreas degradadas o por la producción agrícola sustentable, basada en sistemas de gestión integrados, una importante fuente de atracción de recursos e inversiones.

La inacción ante esta posibilidad de “retomada verde” genera efectos directos en la economía de los países pan-amazónicos, como pérdidas en bioactivos, desperdicio del potencial para desarrollar nuevos negocios y productos, aumento de la desigualdad social y costos derivados de los impactos climáticos en la salud, la infraestructura y las emergencias climáticas. Los países pan-amazónicos necesitan mantener el bosque en pie si quieren tomar posiciones relevantes en la geopolítica global.

Por esta razón, defendemos por el establecimiento de un compromiso entre diversos grupos y actores de la política global, multisectorial y multilateral, para lograr la deforestación cero en la Pan Amazonia para el año 2025, creando así actividades económicas aliadas a la innovación y la tecnología compatibles con la vocación de este bioma, que sean más rentables financieramente y sustentables en relación con la deforestación.

5.Justicia climática y derechos humanos

La regulación del mercado mundial del carbono debe reconocer el papel de las comunidades indígenas, los quilombolas y los agricultores familiares en la conservación del medio ambiente, promoviendo los pagos de participación en los beneficios y los conocimientos tradicionales asociados, reduciendo las desigualdades que recaen sobre las poblaciones tradicionales y los pequeños productores, especialmente en los países de América Latina.

Las poblaciones más vulnerables a los problemas de género, raza e ingresos son las que menos han contribuido al panorama actual de emisiones de carbono, pero son las que pagan el precio más alto, ya que se ven más afectadas por eventos extremos causados o intensificados por el calentamiento global. Estas poblaciones tienen condiciones materiales insuficientes para promover mecanismos de adaptación y resistencia al cambio climático y a la salud como el del Covid-19. Por ello, abogamos por la creación de un Fondo Verde para el Clima, en el que los países desarrollados se comprometan a financiar y apoyar la adaptación de estas poblaciones a los efectos de esta crisis, posibilitando el acceso a tecnologías bajas en carbono y energías renovables, asegurándoles una vida digna y un desarrollo pleno.