En julio la temperatura de la Tierra alcanzó 1.5 ºC arriba de los niveles preindustriales

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El mes pasado, la temperatura media global de la superficie terrestre fue 1.5 grados centígrados más alta que la media del período 1850-1900, considerado como el nivel preindustrial. Este dato, proporcionado por el programa europeo de observación de la Tierra, Copernicus, es alarmante porque se acerca al límite máximo de calentamiento que los países firmantes del Acuerdo de París se comprometieron a no superar.

Según el informe de Copernicus, julio de 2023 fue el tercer mes más cálido registrado a nivel mundial, solo superado por julio de 2019 y julio de 2016. Además, algunas regiones experimentaron olas de calor extremas, como Europa occidental, América del Norte y Siberia. Estos fenómenos meteorológicos adversos pueden tener graves consecuencias para la salud humana, la biodiversidad y la seguridad alimentaria.

Es importante entender que el aumento de 1.5 grados registrado en julio es una medida puntual y no representa la tendencia a largo plazo. El Acuerdo de París se refiere al aumento de la temperatura media global a lo largo de un período de al menos 30 años, y no a un solo mes o año. Según el último informe del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), publicado en 2018, la temperatura media global había aumentado 1.0 grados respecto al nivel preindustrial entre 2006 y 2015, y se proyectaba que alcanzaría los 1.5 grados entre 2030 y 2052 si continuaba el ritmo actual de emisiones de gases de efecto invernadero.

Sin embargo, esto no significa que debamos restar importancia al dato de julio. Al contrario, debemos tomarlo como una señal de alerta que nos muestra lo cerca que estamos de llegar a un punto de no retorno en el cambio climático.

Según el IPCC, limitar el calentamiento global a 1.5 grados tendría beneficios significativos para la humanidad y los ecosistemas, evitando millones de muertes prematuras, reduciendo la pobreza y el riesgo de desastres naturales, y preservando la biodiversidad y los servicios ecosistémicos. Por el contrario, superar ese límite implicaría consecuencias catastróficas e irreversibles, como la subida del nivel del mar, la pérdida de glaciares y arrecifes de coral, la desertificación y la extinción masiva de especies.

Actuar

Para evitar este escenario, los expertos señalan que es necesario actuar con urgencia y ambición para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. El Acuerdo de París establece que los países deben presentar planes nacionales para alcanzar la neutralidad climática (es decir, emitir solo lo que se puede absorber) a mediados de siglo.

Sin embargo, los compromisos actuales son insuficientes para lograr ese objetivo. Según un estudio reciente de la ONU, si se implementaran todos los planes presentados hasta ahora, las emisiones globales sólo se reducirían 0.5 por ciento en 2030 respecto al nivel de 2010. Se necesitaría una reducción del 45 por ciento para mantener el calentamiento por debajo de los 1.5 grados.

Por eso, los especialistas señalan que es fundamental que los líderes mundiales aprovechen los foros sobre cambio climático para aumentar sus ambiciones en este tema y acelerar la transición hacia una economía baja en carbono. También es imprescindible que los países desarrollados cumplan su promesa de movilizar más de 100,000 millones de dólares anuales para ayudar a los países más vulnerables a adaptarse al cambio climático y mitigar sus efectos.

Pero no solo los gobiernos tienen un papel que desempeñar en esta lucha. Según los especialistas, todos pueden contribuir cambiando sus hábitos diarios para reducir la huella ecológica y a presionar a las autoridades para que tomen medidas más contundentes.

Algunas acciones sencillas que se pueden adoptar son: usar el transporte público, la bicicleta o caminar en lugar del coche; consumir productos locales, ecológicos y de temporada; evitar el desperdicio de alimentos y el uso de plásticos de un solo uso; reciclar y reutilizar los residuos que se generan; ahorrar energía y agua en el hogar; y apoyar a las organizaciones sociales que defienden el medio ambiente.