Europa enfrenta la posibilidad de un invierno sin gas ruso
Escrito por Said Pulido |
Todavía no hay una explicación oficial de qué causó las explosiones que rompieron los oleoductos […]
Todavía no hay una explicación oficial de qué causó las explosiones que rompieron los oleoductos Nord Stream 1 y 2 en días recientes, enviando gas natural a borbotones a la superficie del Mar Báltico. Pero eso no ha impedido que algunos funcionarios de la Unión Europea califiquen el episodio como un “acto de sabotaje”. El primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki, culpó públicamente a Rusia. Posteriormente, el gigante Gazprom, amenazó con cerrar el único oleoducto que todavía bombea gas ruso a Europa Occidental.
La escalada hizo que los precios del gas natural se dispararan una vez más en Europa. El precio del contrato de futuros TTF holandés de referencia para octubre se disparó un 20 por ciento la semana. Y ante el temor a más interrupciones energéticas, los inversores comenzaron a vender acciones europeas, mientras que el euro cayó a un mínimo de varias décadas frente al dólar (la libra esterlina llegó a su nivel más bajo de la historia).
El Mar Báltico es una vía altamente monitoreada. Los sismólogos suecos dijeron que habían detectado explosiones submarinas el lunes de la semana pasada. Se advirtió a los barcos que se mantuvieran alejados de las aguas cuando se vio gas combustible enturbiando parches del mar. En respuesta, Dinamarca y Noruega anunciaron una mayor seguridad en torno a su infraestructura energética.
No habrá un efecto inmediato en los suministros energéticos europeos. Por un lado, Nord Stream 2 nunca entró en servicio. Por otra parte, Nord Stream 1 ha estado cerrado desde agosto. Sin embargo, el momento y la ubicación del accidente son preocupantes. Las explosiones ocurrieron no lejos del camino del proyecto Baltic Pipe, una nueva línea de transmisión de gas que está programada para llevar gas noruego a Polonia y a otros países vecinos.
Dependencia del gas ruso
Los países de la Unión Europea han reducido su dependencia del gas ruso a menos del 10 por ciento desde un 40 por ciento el invierno pasado. Aunado a ello, los países europeos se adelantaron dos meses al cronograma para llenar sus reservas de almacenamiento de gas por encima del 80 por ciento – y por encima del 90 por ciento en algunos casos.
No obstante, si Gazprom cumple su amenaza de cerrar el tercer oleoducto a Europa Occidental, las empresas y los propietarios de viviendas lo notarán. Algunos analistas han señalado que si Europa puede sobrevivir al invierno dependerá en gran medida de los cortes voluntarios de gas. Cualquier recorte en la producción empresarial podría dejar al bloque económico más vulnerable a la recesión.