Fast Fashion, el espejismo de los precios bajos de alto potencial contaminante

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Escrito por verdes |

Podría parecer exagerado comprar moda rápida o ‘fast fashion’, pero es una corriente de consumo igual de contaminante que otra práctica.

Fast fashion

Cuando se habla de tomar acciones ante la crisis climática y volvernos más sustentables, casi siempre se hace alusión a usar menos plásticos, generar menos basura, reciclar, entre otras opciones que son benéficas, pero se deja de lado otro gran contaminante: la ropa.

Aunque podría parecer exagerado, comprar moda rápida o ‘fast fashion’, es una corriente de consumo que es igual que dañina que otra práctica contaminante más conocida. Y es que ir al centro comercial y adquirir unos jeans o una playera es comprar ‘fast fashion’ y resulta muy complicado no escapar de las garras de esta industria. Una clave para comprender en qué consiste esta moda se ubica en su manera fácil de ofrecer precios bajos. Sus prendas y accesorios son mucho más económicos que en otros locales comerciales, por lo que el consumidor se ve atraído, pese a que su mala calidad es una trampa insalvable.

La ‘fast fashion’ se define perfectamente por su baja calidad y su escasa vida útil, lo que obligaría al comprador a adquirir de nuevo, generando un círculo de consumismo que a largo plazo producirá un costo mayor.

La industria de la moda provoca severas afectaciones, principalmente en ríos africanos, ya que en aquel continente grandes marcas de Estados Unidos y Europa envían su producción para reducir sus costos, debido al vertido de desechos sin tratar y del uso poco sostenible del agua, según lo denunció la organización Water Witness.

La organización escocesa sin fines de lucro además de señalar la responsabilidad de las empresas de ropa, elaboró un estudio destacando los graves problemas de acceso al agua y de contaminación fluvial en cinco países africanos: Madagascar, Mauricio, Tanzania, Etiopía y Lesoto.

La investigación sugiere que el veloz crecimiento de la industria textil deja un vertido de desechos y aguas residuales sin tratar, con un potencial peligro para la salud de las personas y el medioambiente, pues en su producción se incluyen tintes, metales tóxicos, lejías y otras sustancias altamente peligrosas. La contaminación del agua es terrible y por los contaminantes involucrados, los ríos quedan sin vida y no aptos para su uso.

Cabe señalar que algunas compañías están implementando un manejo responsable en los materiales que utilizan y las consecuencias ambientales, sin embargo, el daño ya hecho, privó a miles de personas vulnerables de tomar el agua potable para su uso doméstico y para la producción de sus alimentos.

Para el informe, los expertos tomaron muestras del río Msimbazi, el afluente principal donde se hallaron niveles de pH con la capacidad de producir quemaduras severas en la piel, así como altos niveles de metales pesados.  

Y aunque la organización no responsabilizó específicamente a las marcas con las peores prácticas, sí menciona diversos ejemplos de las firmas que tercerizan su producción en África, como Adidas, Zara, Calvin Klein, Mango, H&M, Levi’s, entre muchas otras.

La investigación señala que el motivo por el que África es el blanco que atrae a las compañías es por el bajo costo de la mano de obra y el rápido crecimiento del sector textil en el continente, pues se calcula que antes de la pandemia de coronavirus, la moda en esas ciudades dejaba ingresos por unos 4,600 millones de dólares anuales.

Existen diversas alternativas para no caer en las garras del ‘fast fashion’ y se debe comenzar buscando que la ropa tenga una calidad garantizada, incluyendo firmas con compromisos medioambientales. Otra posibilidad es la elección de prendas tejidas con fibras de cultivos sostenibles.

Adquirir ropa con conciencia medioambiental también obligaría a las grandes marcas a mejorar el pago por la mano de obra y a revisar los procesos que en la actualidad causan tanto daño al planeta.