Francia Márquez, activista por los derechos humanos y ambientales

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La abogada y activista Francia Máquez se convirtió en la primera vicepresidenta electa de Colombia, […]

La abogada y activista Francia Máquez se convirtió en la primera vicepresidenta electa de Colombia, tras las recientes elecciones para presidente.

En un hecho histórico, la abogada, activista por los derechos humanos y defensora del medio ambiente, Francia Márquez, se convirtió en vicepresidenta electa de Colombia, luego de que el pasado 19 de junio  ganara la fórmula que integró junto con el también presidente electo Gustavo Petro.

El camino a la victoria no ha sido fácil para Francia, quien nació en 1981, en la aldea de Yolombó, ubicada en Suárez, un pueblo del departamento del Cauca, una región devastada por la industria minera, y que en el futuro marcaría su vida, sus pasiones y el trabajo de la activista.

Su padre trabajo en las minas y su madre fue partera del arcaico sistema de la salud de la zona. Ella trabajó de empleada doméstica y a los 16 años tuvo a su primera hija, aun así logró matricularse en la Universidad de Santiago de Cali, donde realizó la carrera de leyes.

Fue en esa época cuando comenzó a despertar en ella una necesidad por defender causas sociales y ambientales, ya que las mineras habían causado un daño considerable y un gran desplazamiento de la población en la zona donde ella nació.

La lucha que comenzó en 2009 para salvar de la contaminación que provocaban las mineras en el río Ovejas le valió el premio Goldman Environmental Prize, considerado el premio Nobel medioambiental.

En 2014 participó en la mesa interétnica e intercultural que le exigió al gobierno nacional de Colombia detener la minería ilegal y el otorgamiento de títulos mineros sin consulta previa en territorios de comunidades originarias. 

Esta situación provocó que se convirtiera en blanco de los grupos paramilitares que acosaban a los pobladores.  

https://twitter.com/FranciaMarquezM/status/1539713807467139074

Tiempo después organizo la “Marcha de los Turbantes”, que recorrió mas de 600 kilómetros junto con más de 70 mujeres para exigir una solución a la minería ilegal. 

También viajó a Cuba durante los diálogos de paz entre el gobierno de Juan Manuel Santos con los líderes de las FARC. 

En 2019, durante su representación legal en el Consejo Comunitario del corregimiento de La Toma de Suárez, un cargo que ocupó desde 2016, sufrió un atentado del cual salió bien librada. 

El ser una mujer afrodescendiente le costó en los últimos meses la descalificación de la ultraderecha colombiana y sufrió una serie de descalificaciones durante la campaña hacia la presidencia de Gustavo Petro.

Sin embargo, su liderazgo, su gran capacidad oratoria y su arraigo entre el electorado más joven finalmente la llevó a convertirse en la segunda vicepresidenta del país sudamericano. 

Se convirtió en un estandarte de las clases más oprimidas del país y representa una gran esperanza de la representatividad de las causas más olvidadas.

“Muchos dicen que no tengo experiencia para acompañar a Gustavo Petro a gobernar este país y yo me pregunto ¿por qué la experiencia de ellos no nos permitió vivir en dignidad?”, respondió en uno de sus discursos.

“¿Por qué su experiencia nos ha tenido tantos años sometidos a la violencia que generó más de ocho millones de víctimas? ¿Por qué su experiencia no logró que todos los colombianos viviéramos en paz?”, añadió.

En su discurso el día de la victoria recordó a todos aquellos defensores de los derechos humanos y ambientales que han perdido la vida en la defensa de sus ideales. Señaló que iban a erradicar el patriarcado y defendería la causa LGBTIQ+, además de cuidar con todas sus fuerzas la biodiversidad.