La Agenda 2030 como estrategia para los negocios

verdes

Escrito por verdes |

Por: Octavio Ruiz Méndez, Jurista en Derecho y Justicia Ambiental Además de las políticas públicas […]

Agenda 2030

Por: Octavio Ruiz Méndez, Jurista en Derecho y Justicia Ambiental

Además de las políticas públicas que cada Estado tiene, existe la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible adoptada por la Asamblea general de la ONU en la cual, a partir de la realización de múltiples estudios y participaciones por parte de la sociedad y a través de 17 objetivos con 169 metas de carácter integrado e indivisible que abarcan las esferas económica, social y ambiental, se elaboró un plan de acción a favor de las personas, el planeta y la prosperidad, con la intención de fortalecer la paz universal y el acceso a la justicia.

Estos objetivos se plantearon buscando una coherencia entre las políticas públicas existentes junto con el método que se sigue para lograrlo y de alguna forma, unificar criterios entre los sectores (educación, político, económico, etc.) que no necesariamente están confrontados pero que, en la práctica, cuesta trabajo su integración.

Comprender de qué forma la Agenda 2030 interactúa con las empresas y cómo pueden estas ajustarse a dichos principios, permitirá aportar muchos beneficios. Si la sociedad avanza, las empresas se solidifican y viceversa, ya que si, se toma en cuenta que es en el sector privado donde se generan la mayor cantidad de empleos en el mundo, todas las empresas están involucradas en el proceso de cambio que la sociedad vive en este momento, es esta la razón principal por la que se toman en cuenta al 100 por ciento los instrumentos que promueven los lineamientos que ayudan a mantener el orden y progreso en la sociedad.

Ante esto, surge la pregunta ¿Por qué es un área de oportunidad? La razón es que además de lo anteriormente expuesto, si se contribuye a cumplir los objetivos de esta agenda que tiene como fin principal mejorar la calidad de vida de las personas, el no hacer nada implica riesgos en la permanencia de los proyectos empresariales y muchos alcances secundarios como conflictos de carácter legal por ejemplo; por lo que, aunque de primera mano podría parecer que no todos los objetivos se pueden ajustar a cada giro de las empresas.

La tarea es adaptar los ODS a las estrategias de trabajo, mediante mejores contratos y condiciones laborales, promoción de la igualdad de oportunidades en el crecimiento interno de las empresas y el trabajo de apoyo entre el sector gubernamental y empresarial, entre otros.

Hacer un ejercicio de reflexión y elaboración de formar para adaptar estos objetivos a cada empresa de acuerdo al giro, puede resultar un ejercicio  benéfico.