La transición energética está en una encrucijada
Escrito por verdes |
Inversionistas y bancos enfrentan una transición energética con escenarios climáticos cambiantes y sin tecnología probada […]
Inversionistas y bancos enfrentan una transición energética con escenarios climáticos cambiantes y sin tecnología probada a escala para lograrlo.
En este contexto, es necesario actualizar continuamente y de manera transparente las estrategias financieras para abordar con eficacia los desafíos climáticos. Así lo sugiere un artículo de Social Investor.
Y es que el tiempo se acorta en la transición hacia las emisiones netas cero. A pesar de eso, hasta ahora la mayoría de los bancos más destacados de Europa y América del Norte han establecido tres etapas:
1. Asumir el compromiso general de eliminar las emisiones netas financiadas para 2050.
2. Determinar cuáles son los sectores de la cartera de préstamos con mayores emisiones para definir objetivos de reducción a corto plazo (comúnmente a 2030) al otorgar préstamos.
3. Agregar más objetivos sectoriales que cubran una proporción cada vez mayor del balance.
El artículo propone incluir una cuarta etapa en este análisis:
4. Ajustar esos objetivos de reducción a lo largo del camino hacia el cero neto. Esto incluye monitorear los pronósticos de aumentos en el uso de carbón y petróleo en los próximos años.
Sin duda, las tendencias climáticas están en cambio constante. Por ello es necesario actualizar los escenarios de cara a la transición energética cero neto. HSBC es uno de los primeros en señalar la necesidad de hacer esos ajustes con base en nuevas tecnologías de reducción de emisiones, nuevas políticas públicas y regulatorias, cambios en el comportamiento de consumidores y la cantidad de disminución en el uso de carbono.
Un ejemplo de lo variable que puede ser la transición energética hacia 2050 es el cambio que recientemente hizo la Agencia Internacional de Energía (IEA) para incluir el impacto de la crisis causada por la guerra en Ucrania. Tan sólo la previsión de demanda de carbón en 2030 aumentó un 32 por ciento en el escenario de 2023, respecto de lo que se pronosticó en 2021.
Pero esta incertidumbre no es la única complicación, ya que los ambientalistas están examinando con lupa cómo los bancos están financiando empresas que realmente cumplan con sus objetivos de reducción de emisiones. Es por eso que -de acuerdo con el artículo de Social Investor- es necesario que los bancos sean transparentes y comuniquen cualquier ajuste que realicen a sus metodologías para evitar el greenwashing.
También deben apegarse a la ciencia para contar con los escenarios climáticos actuales para garantizar que las empresas que financian están alineadas con ellos y no están reduciendo el nivel de riesgo al apegarse a escenarios más selectivos.
Lo cierto es que el tiempo se acorta y cada vez los objetivos de las empresas se hacen más grandes. Mientras es posible descarbonizar algunos sectores con más rapidez, otros requieren más tiempo y recursos. Incluso, se puede decir que todavía hoy no se cuenta con la suficiente tecnología probada para lograr descarbonizar al planeta. Esto traerá una transición energética desordenada hacia las emisiones netas cero.